La sentencia de muerte a Saddam Hussein fue escrita y decidida desde el momento de su captura, hace tres años.
Una venganza de los "ciitas" por treinta años de opresión? Si!
Una venganza de los estadounidenses por los tres mil muertos y sesenta mil heridos de su ejercito en tres años de guerra? Si!
Fue un proceso político, confirmado por una Corte de Apelación también politizada? Si!
Hay inmoralidad en esto? La moral no interviene en los procesos políticos; no hay razón para un escandalo, ni se lo puede definir de ilegal. En la legislación iraquena está prevista la pena de muerte; la religión islámica castiga a los traidores de la fe. Y Saddam lo era.
En cuanto a la cultura judicial de los Estados Unidos, sabemos que la pena de muerte se practica en muchos de sus estados (33 sobre 51) por ende no debería tampoco escandalizar este tema. Para buena parte de la opinión pública estadounidense la horca para Hussein era obvia. La oposición a dicha condena se manifestó por parte de la Europa civilizada y de la Iglesia Católica.
Fue justicia de los vencedores en contra de los vencidos. La historia fue siempre escrita por los vencedores y los procesos, inclusive los no políticos fueron siempre ganados por ellos. Pero históricamente se sabe que los vencedores de ayer pueden ser los perdedores de mañana; en ese caso podrían cambiar los juicios pero no la lógica de los mismos: serán siempre los vencedores a dictar las leyes.
En todo esto hay algo de cierto, muy cierto: las pocas veces que los más débiles logran revertir la lógica de los más fuertes, entonces se produce un evento devastante, revolucionario; poco frecuente pero sucede.
La America de Bush después de tres años en Iraq, no ganado la guerra, eso significa que la está perdiendo. Esto de por sí constituye un acto revolucionario: la armada, la flota, la tecnología y la riqueza estadounidense no pueden derrotar unas bandas de terroristas y milicianos jihadistas, sunitas o ciitas pro-Irán. Pero las dificultades del imperio americano van mucho más allá del conflicto iraqueno, ellas se extienden en toda la Mesopotamia; desde Suez y Sinai hasta las montañas afganas; sobre los limites del Paquistán; en las repúblicas ex soviéticas de Asia central. El gigante chino se ha despertado y se ha vuelto un devorador de petroleo en el mercado mundial; sus reservas internacionales en dólares están en segundo lugar luego de las de Japón; el mercado financiero de New York depende cada día más de los "apetitos" chinos.
Hoy más que nunca el mercado se ha vuelto multipolar y hoy más que nunca los EEUU (y su apadrinada Gran Bretaña) están rodeados por una opinión política internacional hostil.
Por último la guerra contra el terrorismo no evoluciona tan favorablemente: los grandes enemigos de los terroristas siguen siendo y con más fuerza, EEUU, Israel y parte de la península arábiga.
Este es el cuadro geopolítico actual y en este contexto, la ejecución de Hussein más que un crimen, es un enorme error. Si ese era el plan desde el comienzo habría que haberlo hecho al momento de su captura, con o sin juicio, pero ahora?! Su muerte lo transformará en el nuevo mártir de Al Qaeda y de la Jihad; de los rebeldes sunitas; de los sectores radicales de Hammas y Hezbollah; de paquistaníes y afganos inclusive.
La condena de Hussein será de muy poca utilidad para Bush y su país, pero muy ventajosa para sus enemigos. Aumentará la indiferencia de muchos, el hastío de muchísimos y creará muy pocos nuevos amigos.
En todo este ajedrez político, la UE deberá jugar un papel fundamental en un proyecto de unidad y equilibrio político mundial.
Esperemos que así sea en nombre de nuestras futuras generaciones.
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