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29/10/2018

Fábricas de frustrados…

Los sistemas educativos de casi todo el Mundo, siguen generando cada año miles de perfiles frustrados, insatisfechos y que los mercados laborales cada vez son más incapaces de absorber. 



Navegamos entre propuestas y reformas de los sistemas educativos sin atacar los reales aspectos e inconvenientes: abandono escolar, desempleo, competencia, desmotivación son algunos de los puntos a mejorar si queremos modificar los “malos hábitos” de la educación actual.

El Banco Mundial ha publicado una carta abierta sobre el “capital humano”, base para un desarrollo más equitativo, sostenible y justo de toda sociedad. Pero para invertir en el desarrollo de “capital humano”, necesitamos “capital humano”. Ese es el dilema desde donde todo tiene inicio que según mi opinión, aún no hemos resuelto.

Cada alumno, cada estudiante deben ser vistos, analizados y tratados como seres únicos e irremplazables. Para ello es necesario focalizar la educación no solo en el “saber hacer” sino también en el “saber ser” de cada individuo.

Tradicionalmente vinculamos el elevado desempleo, la pobreza desmedida de nuestro (único) Planeta Tierra con resultados económicos, con el sobreestimado PIL, con números, cifras, porcentajes. Eso es correcto y sirve para determinadas proyecciones y acciones pero no lo es todo. No puede haber real crecimiento económico sin un real crecimiento personal, intelectual y moral de cada individuo. No podemos seguir siendo vistos solo como máquinas de ganar dinero solo para consumir. Una fórmula muy efectiva para los pocos pero poderosísimos grupos de poder económico- financieros del mundo pero que ha generado y sigue generando enormes desigualdades y desequilibrios sociales en casi todo el mundo.

Debemos esforzarnos en formar individuos que elijan libremente sus vidas según sus pasiones y reales intereses (motivaciones intrínsecas), sin pensar en el éxito, el dinero (motivaciones extrínsecas). Un individuo satisfecho, feliz y orgulloso de su propia vida es naturalmente un mejor ser humano.

El individuo y su desarrollo tienen que volver a ser el centro de atención si queremos comenzar a transitar el camino de un mejor, más tranquilo, más equitativo y justo Mundo.

Para muchos expertos, con los cuales me encuentro en plena sintonía, la respuesta está en el desarrollo de las habilidades blandas o transversales (“soft skills”). Las habilidades o competencias transversales se harán cada vez más necesarias para que los niños, jóvenes, estudiantes de hoy, trabajadores de mañana, sean capaces de adaptarse a los constantes cambios y mejoren el rendimiento de sus actividades laborales y personales.

Las habilidades transversales se vinculan a las humanidades, a la filosofía, al arte, fundamentales para desarrollar creatividad, pensamiento crítico y elevado y para crear y fortalecer valores éticos y morales.

Trabajo en equipo: Saber desenvolverse con más compañeros es imprescindible para mejorar la productividad, por lo que se valoran enormemente los perfiles que son capaces de llegar a entendimientos y no generan conflictos.
Creatividad y resolución de problemas: Las personas deberán desarrollar la capacidad de al enfocar un problema, buscar una solución lógica y también creativa.
Asertividad: Tan importante es saber trabajar en equipo como poner límites tanto en el ámbito profesional como en el personal. Es decir, saber decir no a tiempo para evitar problemas. Y, sobre todo, encontrar las soluciones de forma anticipada.
Adaptación: La tecnología ha hecho que muchos sectores se transformen por completo y esos cambios cada vez son más veloces. Por ese motivo, los expertos señalan que hay que inculcar en las nuevas generaciones las herramientas necesarias para que sepan adaptarse a los cambios. Es decir, aceptar que todo puede ser de otra forma y que se puede mejorar.
Liderazgo: Las dotes para liderar equipos han variado mucho. Deben finalizar las posturas inquisitorias los sistemas excesivamente jerárquicos y verticales. Los nuevos líderes deberán tener una visión más horizontal y unas metas mucho más amplias para poder dirigir grupos de trabajo que serán cada vez más heterogéneos y multiculturales.
Comunicación interpersonal: La habilidad para comunicar y la transparencia son dos aptitudes cada vez más valoradas; conseguir que los mensajes calen dentro y fuera de la empresa es tan importante como el ser honesto.
Empatía y Flexibilidad: La capacidad de ponerse en el lugar del otro es un factor determinante para una sociedad más justa que sepa y valore el trabajo en equipo. Tolerancia.
Responsabilidad: Cada persona ha de asumir la total responsabilidad como integrante de una sociedad.
Compromiso: El sentimiento de pertenencia a una sociedad o una organización es muy importante. Por eso hay que inculcar habilidades en los estudiantes para que sepan mostrar su compromiso más allá del interés pecuniario.
Ser buena persona: Nadie podrá ser un buen trabajador, un buen empresario, un buen líder, un buen padre si no es antes, una buena persona. 

24/10/2018

Educación y Adolescencia: Un binomio muy interesante...



La adolescencia es un periodo crítico de vulnerabilidad, durante el cual se producen importantes procesos de maduración cerebral en distintas regiones implicadas en los procesos de inhibición de respuestas impulsivas y toma de decisiones. (Chambers, Taylor, & Potenza)

Estamos en un momento de grandes cambios: cambian las sociedades y con ellas sus culturas. La docencia debe ser consciente de ello y adecuarse a dichos cambios. Los educadores así como también los sistemas educativos deberán ser investigadores, críticos, reflexivos, autónomos y proclives a trabajar en cooperación. Conocer y profundizar cómo nuestro cerebro aprende y memoriza es y será clave para dicha adecuación.


“El docente es alguien que se sumerge en el complejo mundo del aula para comprenderla de forma crítica y vital, implicándose afectiva y cognitivamente en los intercambios inciertos, analizando los mensajes y redes de interacción, cuestionando sus propias creencias y planteamientos, proponiendo y experimentando alternativas y participando en la reconstrucción permanente de la realidad escolar». (Donald Schön)

Los grandes desafíos a los que se enfrenta cotidianamente todo apasionado educador, se acrecientan cuando sus educandos son adolescentes, una etapa de la vida de todo ser humano caracterizada por profundos y determinantes cambio psicofísicos que terminan a la edad en la que (casi siempre) logramos conseguir un rol estable e independiente en la sociedad.

Recientes estudios nos muestran que nuestro cerebro experimenta un desarrollo realmente espectacular durante el período de la adolescencia. Entre los 4 y los 22 años el volumen de materia gris se incrementa y alcanza su punto máximo en la adolescencia. Una de las regiones del cerebro que cambia más drásticamente durante la adolescencia es la corteza prefrontal que está involucrada en funciones ejecutivas, es decir, funciones de orden superior: la toma de decisiones, la planificación, la inhibición del comportamiento y en las que también están implicadas la interacción social, el entendimiento de y con otras personas y la autoconciencia. Estos cambios implican la progresiva maduración de funciones ejecutivas, que permiten mayor autonomía y control, así como habilidades metacognitivas y el desarrollo de la propia identidad. Al mismo tiempo que se produce esta maduración de funciones de orden superior, se adquiere una mayor capacidad cognitiva, que permite el pensamiento lógico y abstracto aunque los esquemas de pensamiento son aún poco flexibles, hecho que puede dificultar el aprendizaje. La construcción de la identidad y de la autonomía en la adolescencia tiene un gran impacto en el aprendizaje, tanto en la motivación como en su contrario, el desencanto, así como en la forma en que se construye el aprendizaje en interacción con el entorno social. Estos aspectos son coherentes con la hipótesis de la neurociencia que sugiere que el cerebro se construye en función de lo que se aprende, pero también en función de cómo se aprende. Dado que la motivación por el aprendizaje está muy relacionada con la identidad del adolescente y sus propias metas, este será más efectivo en la medida en que los docentes los conozcan, indaguen en su identidad individual, su posición en el grupo y puedan así acercarse, comunicarse, crear vínculo y transitar juntos un camino de acompañamiento y respeto mutuo.








22/10/2018

Nosso cérebro precisa de pelo menos 8 por dia...




Um abraço estimula a produção de dopamina, um neurotransmissor conhecido como "hormônio do prazer", porque cria uma sensação de satisfação que alivia o estresse e a tensão. 





Também é sabido que um simples abraço aumenta a produção de ocitocina, conhecida como o "hormônio do amor", que permite conectar-nos emocionalmente com os outros e confiar neles. O fato mais importante é que os efeitos de um abraço são imediatos.

Um estudo realizado no Advanced Telecommunications Research Institute International em Kyoto organizou uma conversa de aproximadamente 15 minutos entre algumas pessoas e seus parceiros. Depois, alguns deles receberam um abraço e outros não. Ao avaliar os parâmetros fisiológicos, os pesquisadores apreciaram que aqueles que receberam o abraço mostraram uma redução significativa no nível de cortisol no sangue, o hormônio do estresse que causa tantos danos.

Descobriu-se que um abraço ou uma carícia amorosa afetam a capacidade do cérebro de imaginar o corpo, mesmo em adultos. Esse tipo de contato físico também é essencial para desenvolver e manter uma percepção adequada do nosso corpo.

De acordo com um estudo realizado na University College London, a chave está no fato de que este tipo de contato corporal oferece sensações agradáveis ao tato que geram uma série de sinais proprioceptivos que nos ajudam a sentir melhor o nosso corpo. Na prática, um toque ou um abraço, não apenas enviam os sinais proprioceptivos ao nosso cérebro que nos permitem estar mais conscientes de nossos corpos, mas também que podemos sentir que somos dignos de sermos amados. E esses sentimentos nos fazem muito bem. De fato, segundo esses pesquisadores, a falta de abraços e carícias pode ser um fator desencadeante ou agravante dos distúrbios da imagem corporal, como anorexia e bulimia.

Nós poderíamos viver sem abraços, mas seria como morrer lentamente, um pouco a cada dia. Precisamos de quatro abraços por dia para sobreviver, oito abraços para nos manter como somos e 12 abraços para crescer.

De fato, durante um estudo conduzido por pesquisadores da UCLA, os cérebros dos participantes foram digitalizados enquanto estavam sujeitos a choques elétricos. Seus parceiros os acompanharam durante o teste e, em alguns casos, eles foram autorizados a dar as mãos. Portanto, constatou-se que o contato físico estava ajudando a lidar com o estresse da experiência e que, nesses casos, as áreas do cérebro responsáveis pela mitigação do medo eram ativadas.

Estes estudos mostram que os abraços têm um efeito muito poderoso em nossos cérebros e nos ajudam a alcançar um estado de relaxamento e conforto, enquanto nos permite lidar melhor com o estresse e o medo.

Portanto você precisa garantir uma dose diária de abraços.

No puedo…



"No puedo ser parte de un mundo en donde los hombres visten a sus esposas como prostitutas para lucirlas con los demás. Donde no hay ningún concepto de honor y dignidad, y solo podemos confiar en aquellos que nos dicen "te lo prometo". Donde las mujeres no quieren tener hijos y los hombres no quieren tener familias. Donde los que realmente son perdedores creen que son exitosos por poseer dinero mal habido o manejando detrás de las ruedas del carro de su papá y ese papá que cree que tiene un poco de poder y está siempre tratando de recordarle a los demás que no son nadie".

"No puedo ser parte de un mundo donde las personas falsamente declaran que creen en Dios con un trago de alcohol en sus manos y sin ningún tipo de conocimiento religioso. Donde el concepto de celos es considerado vergonzoso y la modestia es una desventaja. Donde las personas se olvidaron del amor, pero aun así buscan tener pareja. Donde las personas no ahorran su tiempo para ellos mismos y se ven tan pobres tratando de ocultarse atrás de un auto lujoso. Donde los jóvenes gastan el dinero de sus padres y las chicas se enamoran de ese tipo de chicos".

"No puedo ser parte de un mundo donde las mujeres y los hombres ya no se identifican consigo mismos. Y donde todo esto es llamado "libertad para escoger", pero para aquellos que escogen un camino distinto son llamados retardados”.

“Yo escogí mi camino, pero es una lástima que no encontré compresión entre las personas que yo deseaba que sí lo hicieran".

Keanu Reeves

15/10/2018

Mo’, mo’, mo’…! *




Nel mio manuale “Conversare Senza Conversare”, mi riferisco alla meravigliosa capacità che abbiamo gli esseri umani di poter parlare. Il saper parlare è un dono che acquisiamo sin dalla nascita, in maniera spontanea, senza che nessuno ci insegni a farlo. Il saper conversare invece è una abilità non innata, che va sviluppata. Il saper parlare non ci garantisce il saper conversare. (E lo si può capire quotidianamente, purtroppo).
Lo stesso accade con la capacità di attendere, di aspettare, la famosa e ancora troppo scarsa pazienza.
Tutto e subito! Consumismo = Fretta. Sin da piccoli siamo formati (o deformati) per desiderare sempre di più (“Voglio di più! Non mi basta mai…” – Jovanotti), qualcosa di nuovo, qualcosa che non abbiamo ancora, scatenando competizione e sentimenti di frustrazione e di invidia verso tutti coloro che ci circondano, anziché generare emozioni socialmente positive e costruttive.

Sin da bambini ci si chiede di attendere, però quest’attesa non ci viene spiegata, non ci viene educata. Il saper aspettare si impara, non è innato.

E’ nell’attesa della realizzazione del nostro obiettivo che impariamo a gestire la frustrazione alimentando l’autocontrollo e il rispetto per l’altro, importanti virtù nella costruzione dell’uomo. Insegnare questo al bambino aiuta a costruire un adulto consapevole. Il bambino saprà che per essere felice non ha bisogno di ricevere ogni giorno un giocattolo nuovo e averne una camera piena, ma di poche cose purché uniche e preziose.

Ogni abilità che sviluppiamo nella nostra vita non avviene se non attraverso l’esperienza diretta e ripetuta. La comprensione dell’atteggiamento corretto da tenere, permette al bambino di innalzare la sua autostima. Essere in grado, da solo, dopo tentativi ed errori, di formulare la giusta ipotesi e verificare che sia esatta. Un tassello importante nella formazione del sé come essere capace.

Ad esempio, rispettare i turni durante una conversazione è un ottimo esercizio di attesa e pazienza. Dapprima sarà difficile, ma se riusciamo a stabilire dei momenti, il bambino stesso ne uscirà soddisfatto e ricco di autostima perché nel momento in cui arriverà il suo turno gli concederemo tutta l’attenzione che merita, esattamente come faremmo con un adulto.

“Il concetto di rispettare ed aspettare entra nella vita di ogni individuo come un’esperienza che matura col passare del tempo.”  Maria Montessori

*Avverbio napoletano = adesso, ora

Para lograr efectividad “adentro”, hay que trabajar “afuera”…




En mi manual “Enseñar Sin Enseñar”, escribí que nuestro cerebro decide qué aprender, cómo aprender, cuándo aprender y, muy importante, de quién aprender.

La relación educador-educando es clave para lograr un aprendizaje eficiente y eficaz. Una buena conexión con el alumnado, es para los educadores una herramienta que nos ayudará a alcanzar los mejores resultados. No es tarea fácil, pero sí muy interesante y desafiante para todo educador apasionado por su profesión. Al lograrlo, no solo se nos hará más fácil el camino de la enseñanza sino que también nuestros días de trabajo serán tan placenteros que no nos parecerán trabajo, sino puro esparcimiento. Una fantástica experiencia (envidiada por muchos).

Podríamos comenzar con ciertas estrategias:

1. El pasillo
Hablemos con nuestros alumnos fuera de la sala sobre argumentos que a ellos les apasionen. Los pasillos son excelentes locaciones para conversaciones informales y emocionantes. Como consecuencia, al entrar al aula tendremos la maravillosa sensación de sentir el mutuo placer de encontrarnos. Una clase segura y acogedora es el lugar ideal para enseñar y aprender.

2. Nuevos espacios
Podríamos crear un club de lectura, de escritura, de debate o establecer horarios no convencionales para que nuestros alumnos puedan estudiar o hacer lo que necesiten o deseen.

3. Fuera de clases
A los estudiantes les encanta ver a sus profesores en eventos que no son académicos. Juegos, partidos, conciertos, recitales; serán tema de interesantes conversaciones de “pasillo”. La idea es transmitirles que ellos no son considerados solo alumnos, sino personas estimadas y respetadas por sus gustos y tendencias.

4. Respeto
Cada estudiante es una persona que desea que su espacio sea respetado. Si ellos quieren alejarse, si ellos no quieren que observemos lo que están haciendo, lo demostrarán y nosotros tendremos que respetar esa decisión.

5. Un diario
Podríamos llevar un diario en donde anotemos ideas, cosas por hacer, fechas pero sobre todo, una lista con los nombres de nuestros estudiantes. Hacerles un seguimiento y al observar algo positivo, alabarlo y comunicarlo a sus padres (vía mail, mensaje, llamada). De esta manera involucraremos más a los padres que en el proceso de aprendizaje son elementos fundamentales que muchas (demasiadas) veces están totalmente desasociados de la escuela, ayudando así también a mejorar la relación padres-hijos.

6. Sinceridad
Si decidimos ser educadores es porque (así lo presumo y así lo espero, por ustedes) tenemos la pasión por enseñar, por lo que enseñamos y a quién enseñamos, sin importar raza, credo, religión, edad, nivel socio-económico. Demostremos a nuestros estudiantes todos los días cuán felices y orgullosos estamos de compartir con ellos el camino del aprendizaje, así ellos confiarán en nosotros y compartirán ese mismo placer.

La atención, la motivación, la concentración, llegarán solas y nos acompañarán durante toda la clase.

09/10/2018

Educación: Autoridad sin autoritarismo...





El castigo sigue siendo el método más utilizado sea en los hogares que en las escuelas. La pregunta que debemos hacernos en base a los resultados obtenidos en todos estos años es: ¿funciona?



Una buena educación pasa por una buena disciplina pero a pesar de algunos avances, padres y educadores aún estamos muy confundidos en cómo aplicarla. Debemos ser firmes sin dejar de ser amables para lograr una educación efectiva, sin ser punitiva.

La Inteligencia Emocional es muy importante para lograr saber poner límites a nuestros niños con responsabilidad, sin utilizar el castigo. Para ello necesitamos ciertas habilidades:

Empatía – Asertividad – Comprensión – Amor

Con firmeza y amabilidad es mucho más probable que el comportamiento de un niño mejore por convicción y no por miedo. Esto requiere tiempo y también una comunicación franca y sincera. Nunca olvidemos que estamos comunicando con aquellos a quienes tanto queremos, con aquellos que tanto nos importan: hoy niños y niñas; mañana, hombres y mujeres.

1. Establezcamos un diálogo empático. Una buena educación empieza por interesarse en comprender al otro. La empatía es la más rápida y efectiva manera de comunicar con nuestros niños. A través de continuas preguntas (poderosas), obtendremos las respuestas que permitirán una transformación apelando a la responsabilidad y no a la represión.

2. Centrémonos en la acción y no en la persona. Si el niño comete una mala acción, no significa que él sea malo. Tratemos de hacer entender el motivo por el cual esa acción fue incorrecta, evitando adjetivar al niño.

3. Hagamos ver los beneficios. Cuando enseñamos normas a los más jóvenes, debemos ser capaces de enfocar esas normas no desde el castigo, sino desde los beneficios que supone cumplir con dichas normas.


08/10/2018

Una grande alleata per noi educatori…



“Mindfulness” significa la totale concentrazione nel momento presente, un modo per staccarci dal mondo e da quello che il mondo vuole che noi siamo e così ritrovare noi stessi. Se essa si applicasse nelle scuole, i bambini sarebbero in grado di crescere senza una maschera, in maniera autentica, di evolversi per quello che sono e non per quello che la società richiede che siano.

La vita di tutti i giorni, con le sue regole e le sue imposizioni, costruisce intorno a noi uno scudo che impedisce al nostro essere di realizzarsi, e fa sì che ci si adegui e ci si adagi in questa semplicità dettata dal conformismo, senza dare spazio a noi stessi. Così anche i bambini e i ragazzi (futuri adulti) imparano a utilizzare quella maschera e ad essere insensibili al mondo che li circonda, alla natura, agli animali, alla vita in genere, senza sentire nessun tipo di empatia.

Se i bambini praticassero la “mindfulness” regolarmente, sarebbero meno inclini allo stress, svilupperebbero legami più forti senza sentirsi in competizione con gli altri, avrebbero un più alto livello di concentrazione e attenzione. Compito della scuola non è soltanto informare ma anche formare persone più forti emotivamente in grado di vivere il presente e in grado di diventare da grandi ciò che davvero il loro cuore desidera.

“Se ad ogni bambino venisse insegnata la meditazione, riusciremmo ad eliminare la violenza nel mondo entro una generazione” – Dalai Lama

Diversi studi hanno dimostrato che la pratica periodica della “mindfulness” a scuola riduce di molto ansia, stress, paura e depressione, tutte sintomatologie molto comuni nei nostri giorni e per questo motivo è importante che già da piccoli i bambini imparino a meditare e a prendere coscienza di se stessi.

La pratica della “mindfulness” nelle scuole ha diversi effetti positivi:

• Un miglioramento della creatività
• Un miglioramento del rendimento scolastico
• Una riduzione dello stress
• Una riduzione della sonnolenza
• Un miglioramento della memoria
• Un apprendimento più veloce
• Un migliore comportamento
• Un migliore apprezzamento degli altri
• Una maggiore fiducia in se stessi
• Una maggiore autorealizzazione
• Più energia, più attenzione
• Un miglioramento del pensiero critico ed elevato
• Un miglioramento della salute fisica.

Molte scuole stanno inserendo la pratica della “mindfulness” nel loro programma istituzionale, ma ancora ci manca molto.

Meditiamo su questo…


Sociedades en “Modo Springfield”…



Las preguntas son un gatillo para nuestro cerebro. La habilidad de saber preguntar se desarrolla preguntando. No hay conversación fructífera sin preguntas poderosas. Sócrates era un defensor de la conversación y del debate. A través de continuas preguntas, sus discípulos reflexionaban y accedían a su conocimiento interno, lo que les brindaba la posibilidad no solo de aprender sino también una gran oportunidad para conocerse a sí mismos.

Saber formular preguntas poderosas es considerada una habilidad del pensamiento creativo.

Los seres humanos (solo algunos…) hacemos y nos hacemos preguntas para comprender la realidad que nos rodea y poder así tener referencias y respuestas. Las preguntas nos ayudan a estructurar nuestro pensamiento, a sacar a la luz los puntos de dudas, a debatir nuevos puntos de vista, a asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos e ideas y a descubrir lo que permanece más oculto, lo menos obvio.

Las preguntas (poderosas y abiertas) provocan transformaciones, estimulan la aparición de nuevos caminos para pensar y provocan a su vez, nuevas preguntas favoreciendo lo que se conoce como “lluvias de ideas”. Por ello, un buen educador debe dominar el arte de hacer preguntas para aplicarla cotidianamente en sus clases. Preguntas que enriquezcan el ambiente del aula y estimulen la participación de todos los alumnos permitiendo que distintas ideas y puntos de vista afloren y convivan. Preguntas inspiradoras, motivadoras, amplias, que tengan fuerza, que lleven al estudiante a sacar sus propias conclusiones y a explorar un área del saber sin condicionamientos preestablecidos. Preguntas que hagan pensar y permitan que las ideas se interconecten y formen nuevas redes de conexiones neuronales.

¿Qué…? ¿Dónde…? ¿Cuándo…? ¿Quién…? ¿Hasta qué punto…? ¿En qué medida…? ¿Según tu punto de vista…? ¿Cómo…? ¿Para qué…?

Preguntas que marquen un espíritu de encuentro y despierten gran curiosidad por aprender, pensando por sí mismos. Preguntas que desarrollen el pensamiento crítico, anticonformista, expandiendo así la creatividad.

Las sociedades futuras necesitarán seres pensantes, multifacéticos, abiertos, tolerantes, críticos, empáticos, correctos para salir del “Modo Springfield” en el que muchas estas sumergidas.

Preguntemos y preguntémonos qué debemos dejar de hacer, qué debemos continuar e hacer y qué debemos comenzar a hacer.

02/10/2018

(No siempre) Son fáciles de identificar…


Las personas mentirosas por naturaleza no cambian, solo mejoran sus estrategias. Adoptan la mentira como forma de relacionarse, de considerarse aceptable ante otros, de generar confianza.






A diferencia del mitómano que miente y se cree sus mentiras para enmascarar su realidad, porque es inseguro, tiene baja autoestima y busca ser aceptado, el mentiroso está consciente de sus mentiras y así se delata a través de su lenguaje no verbal y para verbal, es decir, cambia de postura, se pone nervioso, modifica su timbre vocal.


Las personas mentirosas por naturaleza no cambian, solo mejoran sus estrategias. Adoptan la mentira como forma de relacionarse, de considerarse aceptable ante otros, de generar confianza.

Los “buenos” mentirosos poseen ciertas características:

Deben ser inteligentes: Ellos harán uso de su inteligencia cognitiva para armar sus mentiras previendo las potenciales fallas de su plan.

Deben ser desconfiados: Quienes están acostumbrados a mentir, tienden a desconfiar en la palabra de los demás.

Deben poseer una buena memoria: Ellos necesitan contar con una excelente memoria para recordar lo dicho en un principio, sin caer en contradicciones y minimizar los riesgos de ser descubiertos.

Deben ser descarados: Por lo general sus mentiras tienen mucho contenido de realidad, lo que hace que sean más sencillas de recordar y de sostener.

Deben ser tranquilos: Un sólido estado emocional es un factor importante para los “buenos” mentirosos. Los nervios, la ansiedad, la depresión, la ira, no son buenos acompañantes.

Deben ser fríos y calculadores: Pueden armar su red de mentiras sin importarles el impacto o consecuencias que pueda generar a través de ella.

Deben ser sociables y extrovertidos: No presentan dificultades en la interacción social, pudiendo expresarse sin contratiempos en diferentes audiencias. No son tímidos y tienen espíritu de aventura.

¿Quién de ustedes se considera un buen mentiroso? No mientan…

01/10/2018

A veces es “vieja” e inmaterial…



Hace unos días, en un encuentro de educadores en la ciudad de Montevideo, una estimada y exquisita colega argentina me dijo que yo poseía un “alma vieja”. En ese momento traté, inútilmente, de luchar contra mi Ego y me sentí “cuasi” ofendido. Mi ignorancia sobre el tema pudo más, interpretando de manera errónea dicha calificación.

El término “alma vieja” se refiere a personas que son diferentes del resto, casi siempre porque tienen un nivel de madurez muy superior al que muestran el resto de sus coetáneos. Son personas que son más inteligentes, más sensibles, más intuitivas y que muchas veces sienten no conectar con la época en que viven.

El origen de la expresión “alma vieja” proviene del taoísmo que asevera que el alma abandona el Tao (Principio supremo e impersonal de orden y de unidad del universo), para adquirir experiencias para luego de su largo viaje, regresar al Tao, enriquecida con las experiencias de vida. Así, el alma pasaría por 5 edades (o etapas) y mientras mayor es la edad, más perfección y percepción ella logra.

Ahora, como todo, el ser un “alma vieja” tiene sus lados positivos, pero también sus lados negativos.

Comencemos con los positivos:

1. Alto grado de madurez. Estas personas son muy maduras para su edad, se plantean cuestiones en las que sus coetáneos ni siquiera piensan y a menudo llegan a conclusiones muy sagaces, mostrando un grado de razonamiento superior al normal.

2. Disfrutan de la soledad y la introspección. Las personas que tienen un “alma vieja” suelen sentirse cómodas en soledad, no necesitan estar continuamente acompañadas porque su mundo interior es suficientemente rico. Suelen aprovechar ese tiempo para reflexionar, para buscar un sentido más profundo a la vida y a lo que ocurre alrededor de ellas.

3. Tienen un sentido más espiritual de la existencia. Las “almas viejas “son personas muy reflexivas pero se mueven por pasión, les gusta trabajar en algo que les guste y buscan continuamente su autorrealización. Son capaces de apreciar el valor de las cosas sencillas y no dan excesiva importancia a los beneficios materiales. Se esfuerzan en desarrollar una habilidad y suelen encontrar el placer en el camino, no en la meta.

4. Tienen un instinto muy desarrollado. Las “almas viejas” tienen un excelente instinto y cuando se guían por este, no suelen fallar. Esto se debe a que son muy observadoras y tienen una gran capacidad para formar en su mente cuadros completos de las situaciones a través de imágenes que para la mayoría de las personas pasan desapercibidas.

5. Poseen un elevado nivel de empatía y sensibilidad. Estas personas son particularmente empáticas, pueden ponerse en el lugar de los demás con facilidad y comprenderlos, incluso cuando nadie más lo logra. Esto se debe a que pueden ver más allá de los actos y comprender las motivaciones o la forma de pensar del otro. Son capaces de perdonar, de dejar ir y de aconsejar sin juzgar.

Sigamos con los negativos:

- Sienten que no encajan con las personas de su edad ya que le interesan cosas diferentes y les resulta difícil compartirlas. Por eso, a menudo estas personas tienen amigos o mayores o menores, con los cuales puede hablar de temas más complejos y diversos.

- Experimentan una sensación de desconexión con el mundo, la cual se debe a que no encuentran a muchas personas que compartan sus puntos de vista y su forma de enfrentar la vida, sobre todo en culturas donde se prioriza el dinero y las posesiones.

- Pueden tener problemas de autoestima o incluso sufrir depresión ya que suelen medirse a sí mismos con una vara moral muy estricta y en ocasiones se sienten atormentados por sus defectos o errores.

Ni la neurociencia ni mucho menos la psicología han logrado determinar lo que realmente es un “alma vieja”. Lo que es innegable que hay personas que tienen un nivel de madurez muy superior al esperado para su edad, siendo catalogados como “precoces” ya que aventajan al resto de sus coetáneos en inteligencia y/o sensibilidad. El secreto de esa precocidad aún no se ha desvelado, muchos piensan que se trata de una concatenación de factores entre los que se encuentran determinadas características de temperamento y personalidad, un contexto socio-cultural propicio, un alto grado de motivación y un nivel de inteligencia y creatividad superior a la norma.

Así que ya saben, si los definen como “almas viejas”, no se ofendan.

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