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22/02/2017

Incentivar la escritura: El Club de Escritores...







No todos los niños disfrutan de la escritura. 
El acercamiento a esa nueva manera de expresarse debe ser paulatino y paciente.













La "buena escritura" no sólo se refiere a la escritura a mano, sino también a la capacidad de expresarse correctamente por escrito. Son importantes: la ortografía, la gramática y la estructura lógica. Estos son elementos que se aprenden con estudio y práctica.

Existe una estrecha relación entre la capacidad gráfica y la capacidad de concentración y de producción. La escritura requiere tiempo, especialmente si se escribe en letra cursiva. La dificultad gráfica es el primer obstáculo que los niños tienen que superar y padres y educadores tenemos la responsabilidad de acompañarlos en este recorrido.

Escribir en cursiva crea más dificultades para los niños. Además de ser más lenta que las letras mayúsculas, demanda un resultado final que no sólo debe ser correcto ortográficamente sino también estéticamente. 

Una bella escritura es desafiante y requiere de mucha paciencia. Escribir ayuda a desarrollar la paciencia y la perseverancia en los niños (e incluso en muchos adultos ...)

Fundemos un Club de Escritores
(A nuestros niños les encanta el formar parte de un grupo)

Establezcamos un ritmo: la paciencia llega como un hábito si todos los días establecemos un horario para el ejercicio de escritura.
Registremos las mejoras: mostremos a los niños sus avances para que se den cuenta de lo que significa mejorar. Mantengamos un cuaderno en donde ellos escriban unas frases cada dos semanas y así puedan visualizar las diferencias y los avances que van logrando.
Exploremos todas las oportunidades posibles para escribir: en la arena, en la tierra del jardín, sobre un vidrio empañado, así tendrán la sensación de que ya no es una tarea.
Creemos, junto a ellos, superficies de diferentes materiales para escribir: bandejas con harina, arena, sal, azúcar.
Juguemos a dejar mensajes secretos escritos en pequeños posts.
Escribamos, junto a ellos, un libro con materiales reciclados.
Escribamos juntos una lista de compras del mercado.
Juguemos al restaurante, y escribamos el menú.
Escribamos listas: de regalos para pedir en Navidad; de los libros que queremos leer; de nuestros personajes favoritos; de los invitados a nuestro cumpleaños, etc.
Escribamos una carta a un familiar querido (que se prestará al juego y responderá).
Inventemos postales para escribir y enviar a nuestros amigos.
Juguemos a adivinanzas escribiendo las preguntas en papelitos.

20/02/2017

La importancia de la Creatividad en los niños y de cómo podemos anularla…




La creatividad necesita asumir riesgos. 

Nosotros los Educadores jugamos un papel clave en el desarrollo de la creatividad de nuestros estudiantes. 








Podemos incentivarla pero también podemos anularla…

¿Cómo?

1. Seamos metódicos

Las planificaciones están bien, nos ayudan a organizarnos y cumplir objetivos pero de nada valen si no toman en cuenta las motivaciones e intereses de nuestros alumnos. Tenemos que incluir las preocupaciones e ideas de nuestros estudiantes en el recorrido del aprendizaje.

2. Pidamos a todos lo mismo

Tendemos a pedir a nuestros alumnos que repliquen modelos que nosotros los educadores ya les damos, es decir, que hagan todos lo mismo y de la misma forma. Con esta práctica, estamos obviando la creatividad individual para resolver situaciones y les estamos negando la posibilidad de conocerse mejor a sí mismos.

3. Eliminemos las materias expresivas

Muchas asignaturas han desaparecido prácticamente de nuestros planes de estudio para dar preferencia a otras. Nuestros alumnos no tienen casi contacto con algunas áreas como la danza, el cine, el teatro o la poesía. Esto resulta una traba para que nuestros pequeños puedan explorar y experimentar sus propios talentos.

4. Evitemos premiar la iniciativa y la actitud emprendedora

No todo tiene por qué hacerse de la misma manera y cada uno debe encontrar sus propias formas de resolver las cosas. Las respuestas, en un ambiente creativo, pueden ser disparatadas, variadas, fuera de lo común. Siempre serán respuestas y deberán ser premiadas y tomadas en cuenta.

5. Evitemos hablar de emociones

Confiar en uno mismo y tener una buena autoestima es la base de la creatividad. Los niños necesitan de las palabras de ánimo y del afecto de sus referentes para ir ganando seguridad dentro de los entornos que no conocen y así superar sus miedos hacia las materias o contenidos nuevos. Es imprescindible que Educadores y Padres estemos atentos a cómo se sienten los niños y les ofrezcamos espacio para expresarse.

6. Demos demasiada importancia a los errores

Cuando nuestros alumnos se equivocan, nuestra respuesta automática es la de corregir y decirles en qué han fallado. Démosles tiempo para que ellos puedan detectar los errores y autocorregirlos, solo así aprenderán. Avanzar en el recorrido de estudio es importante pero también lo es el recordarles lo mucho que han aprendido, lo que saben hacer bien y el esfuerzo que ponen a diario para lograrlo.

7. No tengamos tiempo para sus proyectos personales

A pesar de que el tiempo es injusto, debemos incorporar un momento para que los alumnos desarrollen sus propios proyectos. Es decir, dedicar un tiempo semanal para que investiguen, guiados por nosotros, sobre las cosas por las cuales sienten curiosidad.

La curiosidad y el error son las bases de la creatividad y del aprendizaje.

Play is not a waste of time…

“Schools have a big role because kids spend the greater part of their waking hours at school. It is important that we look at the importance of play-based learning. Play is not a waste of time, it is not time that is badly spent. Play, among human beings, has very important social benefits.” 
Sir Ken Robinson.

Today’s generation of children are spending more time online and considerably less time playing outdoors, a situation which could negatively impact their emotions, health, intelligence and creativity.
A recent survey revealed that 75% of children in the UK prefer playing digital games on a screen rather than playing physical sports outside.

Time spent playing enhances students’ social, emotional, physical and creative development. There is a relationship between play and creative problem solving, cooperation and logical thinking. The importance of outside playtime is about more than just a means for children to have fun and work out their energy. Access to outdoor play can have lifelong developmental, mental, and educational impacts on a child. Play can enhance early development by increasing adjustment, improving language skills and reducing emotional problems.

As well as supporting children’s development, play also helps keep children fit: longer playtime at school were associated with higher levels of physical activity, and improved physical health. As the number of primary school children leaving school obese continues to increase, it is becoming increasingly important that children are given sufficient time to exercise.

Finally, getting together outside of the classroom also enables young people to develop social skills. For some students playtime may be the only opportunity they have to interact with other young people in a safe, relaxed environment.  


While Educators and Parents continue to embrace the advantages of educational technologies and digital learning, it is important that we do not lose sight of the vital role that outdoor play provides in physical, emotional and intellectual development. 

15/02/2017

Antes el ser humano, después el alumno…




"Debemos enfocarnos en construir una relación con nuestros estudiantes antes de iniciar nuestro programa de enseñanza."


Me gustaría insistir en un aspecto del maravilloso mundo de la educación y del aprendizaje que yo considero fundamental: Antes del programa, de las tareas, de las notas, de los exámenes, está la persona. Debemos enfocarnos en construir una relación con nuestros estudiantes antes de iniciar nuestro programa de enseñanza.

El concepto que un educador es tan solo un transmisor de información está, por suerte, siendo superado. Un educador es mucho más que un programa de estudios y para un estudiante es importante que nosotros mostremos interés en el ser humano antes que en el alumno.

Debemos conectar emocionalmente con nuestros estudiantes para que se sientan a gusto, tomados en cuenta y respetados. Solo así generaremos la suficiente Atención, Motivación y Concentración fundamentales para un aprendizaje efectivo.

1.       Los primeros minutos…
…para involucrar a nuestros estudiantes en una conversación casual. Preguntémosles acerca de su día, si pasaron por algo emocionante, si tienen algún programa interesante para la semana. Hablemos de juegos, música, programas de televisión, deportes, películas y cualquier otra cosa que quieran discutir.
Recordemos que durante una conversación, las dos partes aprenden. Sin llegar a preguntas directas que puedan incomodar, a través de estos breves encuentros informales, nosotros los educadores podemos tener una panorámica más amplia y certera de la situación familiar de cada estudiante y así conocerlo más en su intimidad. En base a las respuestas, podemos saber muy rápidamente quién tiene una vida casera dura, si los padres están “presentes” o “ausentes”, si son estimulados a leer, a escribir, a pensar. Podemos lograr fuertes conexiones que nos permitirán diagnosticar eventuales problemas en el aprendizaje. Ellos confiarán en nosotros simplemente porque los sabremos escuchar.

2.       Las actividades extracurriculares…
…son muy importantes para la formación de un niño y que el educador participe en ellas, más importante aún. Debemos interesarnos por las cosas que los estudiantes aman si queremos que ellos se interesen en lo que nosotros amamos. Asistir a uno de sus eventos es un acto simple con el cual demostramos que los ellos nos importan y los tomamos en consideración.
Otra gran razón para asistir a estos eventos es que podemos conectarnos con la familia. Debemos interactuar con los padres de nuestros estudiantes en un ambiente informal. Es una buena manera de mantenerse en contacto y tener conversaciones sobre sus hijos. Podemos compartir información sobre asuntos de clase y temas de casa. En la mayoría de los casos, los padres se sentirán muy bien hablando con los maestros sobre sus hijos. Una buena comunicación Padres-Educadores-Estudiantes es la fórmula mágica que nos va a facilitar el camino hacia una mejor educación.

3.       Estar disponible…
…fuera del estricto horario de clases es algo muy importante para nuestros alumnos. Unos minutos antes de que comience el día escolar, o al finalizar el mismo, tengamos encuentros informales con nuestros alumnos en nuestra oficina, en el patio, en el pasillo, en la cafetería. Podemos decirles que pueden enviarnos un correo electrónico para programar una cita; se sorprenderán de cuántos estudiantes aprovecharán de nuestra oferta. Nuestros estudiantes necesitan ser escuchados (a todas las edades). Las conversaciones pueden ir desde lo profundo y lo triste hasta lo ligero y lo alegre. Sacrificamos parte de nuestro tiempo libre pero gracias a ello obtendremos importantes informaciones de nuestros alumnos que nos permitirán no sólo ayudarles con sus problemas, sino también involucrarlos más en el salón de clases.


"La Enseñanza y el Aprendizaje deben ser siempre una divertida y emocionante diversión compartida.”

13/02/2017

Emotions are Skills…

The understanding of the influence of emotions on thinking and learning has undergone a major transformation in recent years.


We all have good and bad days; moments of excitement, engagement, and inspiration and moments of disappointment, disengagement, and frustration; some topics that we find interesting and some that we do not. These differences influence how children learn and how teachers teach. In short, learning is dynamic, social and context dependent because emotions form a critical piece of how, what, when, and why people think, remember, and learn.

The understanding of the influence of emotions on thinking and learning has undergone a major transformation in recent years. Emotions interfere with learning. It is literally impossible to build memories, engage complex thoughts, or make meaningful decisions without emotion. The brain is highly metabolically expensive tissue, and evolution would not support wasting energy and oxygen thinking about things that do not matter to us. We only think about things we care. This insight has important implications for education. It opens questions about how, when, and why students learn meaningfully, how technology, culture, and social relationships shape learning and how teachers can understand and leverage emotions more productively in the classroom.

To have a hope of motivating students, of producing deep understanding, or of transferring into real-world skills, we need to find ways to leverage the emotional aspects of learning in education.

To leverage emotions, it helps to understand what emotions are. Emotions are action programs that have evolved as extensions of survival mechanisms. They have evolved to keep us alive. Human beings have basic emotions, such as fear and disgust; we have social emotions such as love. Thanks to our emotions, we can also develop curiosity to make us explore and discover, admiration to make us emulate the virtue of others, and compassion, indignation, interest.

The feeling of these emotions organizes our sociality and morality. It forms the basis for creativity and invention and for the decisions we make for now and for the future, even in academic contexts. For example, the act of dedicating one’s professional life to teaching is possible only because of our ability to feel these emotions.

Emotions are essential to managing life. An efficient life management means managing not just our physical survival but our social life and intellectual life. Just as poets and artists have suspected for millennia, we feel social relationships and intellectual achievements using the same brain systems that sense and regulate our guts and viscera, adjust our blood chemistry and hormones.

Emotions, such as interest, inspiration, indignation, and compassion, are active mental constructions. They pertain to what we think we know about the world at the current time, interpreted in light of our experiences and our imagined possible futures, using our available skills. They rely on subjective, cognitive interpretations of situations and their accompanying embodied reactions.

Meaningful learning is actually about helping students to connect their skills to abstract, intrinsically emotional, subjective and meaningful experiences. It appears to be essential for the development of truly useful, transferable, intrinsically motivated learning.

In addition, emotions develop with maturity and experience. In this sense, emotions are organized patterns of thoughts and behaviours that we actively construct across our life spans to adaptively accommodate to various kinds of circumstances, including academic demands. The emotions of a pre-schooler are not the same as those of a fifth grader, a teenager, or a young or an older adult. The emotions of a new teacher are not the same as those of a veteran teacher.

Understanding emotions is about the ways in which students and teachers are experiencing or feeling their emotional reactions.

Emotions must be considered Skills.


Thanks to Mary Helen Immordino-Yang.

Inteligencia Emocional y Estabilidad Emocional en los jóvenes…

El consumo de todo tipo de tranquilizantes se ha multiplicado en la última década.  
El no desarrollo de inteligencia emocional causa un aumento en el consumo de psicofármacos, especialmente entre los jóvenes. 


Las posibles causas:

Los jóvenes están muy presionados.

Muchos jóvenes cuentan con una buena preparación académica, pero no tienen una buena preparación emocional. Cómo aplicar esa preparación haciendo lo que realmente les gusta, el valor de decidir lo que realmente les apasiona, el afrontar las dificultades que esas decisiones implican sumado a las pocas oportunidades del mercado laboral, les genera desesperanza, tristeza o sensación de inadaptación en su entorno. Muchas veces, desafortunadamente, para hacer frente a este cóctel de emociones y a la tendencia a encontrar soluciones rápidas, se recurre sistemáticamente a la farmacología (o cualquier otro “evasor” tipo alcohol, droga, etc.).

Educamos a los jóvenes solo para ser felices.

Es necesaria una educación emocional. La sociedad no educa a aprender a convivir y gestionar las adversidades de la vida, sino para ser feliz y tener éxito siempre. Se envía el mensaje de que debemos vivir sin dolor a toda costa y si aparece, eliminarlo en el menor tiempo posible. El problema es que los “evasores” solo otorgan breves momentos de tranquilidad y felicidad sin atacar las verdaderas causas que generan ese estado, creando una adicción muy peligrosa y posibles efectos colaterales en el mediano y largo plazo, aún desconocidos. Es necesario elaborar un plan de acción conjunta (familia – escuela – sociedad) que logre dar respuestas concretas a las necesidades de los jóvenes.

Las mujeres consumen más que los hombres

Entre los jóvenes, las mujeres son el otro grupo más presionado porque en la mayoría de los casos recae sobre ellas la responsabilidad familiar y la precarización laboral (cobran menos que los hombres y ocupan cargos menos importantes). La mujer sigue predominando en los trabajos que conllevan más desgaste psicológico, como maestras, enfermeras, psicólogas, pedagogas.
Recurrir a fármacos u otras sustancias, no debería ser considerada una solución. Habría que hacer un análisis integral, no solo sanitario, de los motivos que han llevado tanto a los jóvenes como al resto de la sociedad a aumentar el consumo de estos.

Si no se abordan los determinantes sociales que pueden estar afectando a la franja social que consume estos medicamentos, será difícil cambiar la situación porque el actual sistema sanitario – social – cultural, no tiene las herramientas para dar las respuestas adecuadas.

En este sentido, la gestión de las emociones juega un rol fundamental: Las personas deben aprender a utilizar y gestionar sus recursos emocionales, a relacionarse con los demás afectiva y positivamente y a saber generar contextos constructivos.

08/02/2017

El optimismo “obligado”…




La imperiosa necesidad de ser feliz a toda costa crece exponencialmente en todo el mundo. 












“No hay nada imposible”; “Si puedes soñarlo puedes hacerlo”; “Si una puerta se cierra otra puerta se abre”; “Sonríe a la vida y la vida te sonreirá”; “Todo depende de cómo veas el vaso”; “No hay problema sin solución”…

La imperiosa necesidad de ser feliz a toda costa crece exponencialmente en todo el mundo.

Curiosamente y según estadísticas, la infelicidad es directamente proporcional al bienestar material de un país. Los países cuya población “lo tiene todo” y “no le falta nada” es donde ocurren los mayores casos de suicidios, de consumo de psicofármacos, de alto grado de alcoholismo.

Cursos, charlas, encuentros, libros en los cuales nos dicen que al día siguiente nuestra vida cambiará y comenzarán a sucedernos cosas fantásticas, experiencias inolvidables… Frases positivas que nos rodean por todas partes, “selfies”, redes sociales inundadas de “sonrisas” de gente “feliz”.
Al día siguiente nada de eso sucede y así en vez de sentirnos mejor, nos sentimos aún peor ya que si nos dijeron que nuestra vida cambiaría y no lo hace es porque evidentemente no servimos, somos un fiasco, unos perdedores. El “Efecto Boomerang”.

El objetivo en nuestra vida es intentar estar lo mejor posible, el problema es saber cómo lograrlo. No hay fórmulas mágicas (hay fármacos mágicos ...). La felicidad no es un producto que se puede comprar; una receta fácil y sencilla de hacer.

Cada cerebro en base a sus Mapas Mentales tratará de buscar la manera de encontrar el camino del bienestar espiritual y emocional pero eso no garantiza que lo logre.

No podemos obligar a nuestro Cerebro a ver siempre el vaso medio lleno, a veces está medio vacío porque nuestras conexiones emocionales nos llevan a verlo así y forzar otra interpretación es un error que nos llevará a ulteriores frustraciones, depresiones, ansias y tristezas.

Aceptar la realidad y no confundir Optimismo con Irrealismo es una buena manera de vivir: “Espero tener un buen vuelo y que el avión no se caiga” o “Mi vuelo va a ser bueno y el avión no se caerá”.

Una actitud optimista desmedida, difícilmente nos traerá la felicidad, es más, puede causarnos efectos contrarios.

Expectativas desajustadas.
Si tendemos a pensar que conseguiremos todo aquello que nos propongamos sí o sí, que todo en la vida es bonito, que sólo hay que saber enfocarlo, y que manteniendo una actitud positiva conseguiremos la felicidad, estaremos actuando y decidiendo motivados por la anticipación de una suma de acontecimientos que si no se corresponden con los que hemos estado anticipando es muy posible que lo que experimentemos no sea precisamente felicidad sino todo lo contrario.

Hoy más que nunca, nos confrontamos con una variable cultural muy poderosa que tiene que ver con nuestra sociedad consumista que hace que asociemos felicidad con bienes materiales. La adquisición de bienes materiales nos brinda comodidad, sentido de pertenencia a una clase social, el sentirse halagado por el entorno, pero no nos otorga felicidad. Por el contrario, es una espiral que no tiene fin, siempre necesitaremos algo más y algo nuevo o de moda para ser “felices”.


Poca tolerancia a la frustración, a la incertidumbre y a las emociones negativas.
Esta filosofía de la felicidad “obligada” no contribuye a enseñarnos a aceptar que el mundo y la vida a veces son injustos, que las emociones negativas tienen una función y un sentido y que las viviremos queramos o no.

No nos preparan para esperar, para aguantar, para aceptar que fracasaremos, que seremos criticados, descartados, “enjuiciados”.

No nos habituaron a tolerar el malestar, el sufrimiento, la incertidumbre. Esto supone que cuando esas situaciones y emociones llegan (y siempre llegan) no tengamos herramientas y estrategias para manejarlas y regularlas.

El resultado: ansiedad, malestar, infelicidad…y mucho trabajo para los terapeutas…

06/02/2017

Multitasking exhausts our brain…


The multiple activities crammed into our day and the constant switching between them make us very tired.

Our morning routine consists of checking emails, browsing Facebook, reading Twitter, watching Instagram, drinking coffee, Googling, checking notifications, more coffee, and so on.
The multiple activities crammed into our day and the constant switching between them make us very tired.
This switching is exhausting. It uses up oxygenated glucose in the brain, running down the same fuel that has needed to focus on a task.
That switching comes with a biological cost that ends up making us feel tired much more quickly than if we sustain attention on one thing. We tend to eat more and drink more coffee. Often what we really need in that moment is just a break.
Studies have found that people who take 15-minutes breaks every couple of hours end up being more productive. These breaks must allow for mind wandering, whether you are walking, staring out the window, listening to music or reading. Everyone gets there in a different way.
There is some differences: If we are doing something on autopilot, such as the laundry, then it makes perfect sense to read a book at the same time. Attempting to do two challenging tasks at once will lead to a drain in productivity. We cannot do two demanding, even simple tasks, in parallel.
The solution is to give up on multitasking and set aside dedicated chunks of time for each separate activity.
Let us try to check our email in the morning and again at midday and set aside 10 minutes per afternoon for social networks.
Let me know what happens…

La Empatía en los Educadores…


La Empatía está a la base del nuevo concepto de Educación, mucho antes del Curriculum.

Por encima de cualquier herramienta educativa, está la relación del docente con el alumnado. 

Nuestro cerebro asimila solo lo que nos emociona de alguien que nos emociona.

Para el alumno el encuentro cotidiano con su educador debe ser motivo de alegría, de emoción, de curiosidad, de ganas de comunicar. Solo así ese pequeño y maravilloso cerebro estará en su mejor condición para asimilar y memorizar cualquier información que nosotros le transmitamos.

1. Preguntemos antes de afirmar

Este es el primero paso que debemos aplicar para que la comunicación en el aula cambie. Generalmente solemos imponer nuestra postura y obviamos que existen otras realidades. Fomentemos el diálogo y mostremos interés por nuestros alumnos para que se sientan cómodos para expresarse y así compartir sus problemas y preocupaciones. No importa la edad de nuestros alumnos, nunca subestimemos sus capacidades de análisis y respuesta. Hagan la prueba: Se sorprenderán!

2. Comencemos nuestras conversaciones interesándonos por nuestros alumnos

Estaremos dando un primer paso para que ellos se abran y nos expliquen cómo se sienten. Evitemos hablar sobre nosotros y centrémonos en escuchar, tendremos mucho que aprender seguramente.

3. Conozcamos a nuestros alumnos

Descubramos cosas que desconocemos de nuestros alumnos: Qué hacen al salir de la escuela, qué les gustaría aprender en clase, qué opinan sobre un tema concreto, etcétera. Todo lo que sepamos nos resultará de gran ayuda para nuestras clases, y podremos emplearlo para motivarlos y centrarlos.

4. No tengamos prejuicios ni coloquemos etiquetas

Busquemos la oportunidad de ver y observar a nuestros alumnos sin los filtros que nosotros mismos y la sociedad nos han impuesto con el paso del tiempo.

5. Pensemos y actuemos siempre en positivo

Prestemos atención solo a las cosas que nuestros alumnos hacen bien, obviando lo que hacen mal. Hagámosles saber lo mucho que valoramos el esfuerzo que dedican en aprender y cuánto han aprendido desde el inicio del curso. No nos permitamos ningún pensamiento negativo.

02/02/2017

Educar deja huella…


Nosotros los educadores debemos estar conscientes de un elemento fundamental que tiene que ver con nuestros estudiantes: Dejamos huella. Esa huella puede ser positiva, constructiva o por el contrario negativa, destructiva. 

Seguramente todos nosotros recordamos aquellos maestros y profesores que de alguna manera lograron despertar en nosotros emociones. En lo personal, prefiero ser recordado positivamente así que siempre doy prioridad a la calidad de la relación con mis estudiantes antes que la del curriculum.

No olvidemos que nuestro cerebro aprende solamente algo que le emociona, de alguien que le emociona.

Dejaremos huella si…

…despertamos curiosidad. El estudiante curioso aprende mejor, con más interés y más implicación. Animemos a nuestros alumnos a preguntarse siempre las causas y los efectos, a indagar acerca de las afirmaciones que aparecen en los libros de texto o a buscar más información sobre los detalles que les llamen la atención. Organicemos debates y compartamos en clase.

…les enseñamos a aprender. Ofrezcamos a nuestros alumnos herramientas y estrategias para que ellos mismos construyan su propio aprendizaje. Aprender activamente resulta mucho más eficaz que hacerlo de forma pasiva y además crea hábitos, pautas y recursos que se podrán utilizar en cualquier materia y en cualquier ámbito para actuar de manera autónoma.

…los acostumbramos a pensar. Fomentemos el pensamiento crítico animándolos a utilizar la lógica y la argumentación, a analizar lo que ocurre a su alrededor para cuestionarlo y a decidir por ellos mismos. Son destrezas que utilizarán a lo largo de la vida y cuyo aprendizaje nos agradecerán para siempre.

…les mostramos el lado práctico del conocimiento. Siempre que sea posible, contextualicemos la información que estamos transmitiendo a nuestros alumnos. Nuestro cerebro asimila mejor los conceptos concretos más que los abstractos. Experimentos, excursiones, salidas, anécdotas, enigmas, problemas sobre temas que les afectan directamente y a los que tendrán que enfrentarse en sus vidas.

…los sorprendemos. Seamos creativos y busquemos nuevas ideas para que nuestras clases resulten diferentes y motivadoras. Así mantendremos el interés de nuestros alumnos y comprobaremos qué técnicas funcionan mejor a la hora de enseñar. Recordemos que cuando uno enseña, dos aprenden.

….si fomentamos el amor por la lectura. Un libro, un personaje o una historia que los apasione harán que nunca olviden a su profesor. Leamos con ellos fragmentos de cuentos que les gusten, formemos una biblioteca en el aula, animémosles a traer a clase sus libros favoritos.

…les transmitimos valores. Los estudiantes pasan muchas horas de sus vidas en las escuelas entre números, conceptos, trabajos, exámenes y notas. Tenemos que crear espacios para la conciencia social, la tolerancia, el respeto, la reflexión y el resto de valores que harán de ellos ciudadanos comprometidos y responsables.

…los escuchamos. El aprendizaje es un proceso comunicacional a dos vías: Nuestros alumnos aprenden de nosotros, pero nosotros también aprendemos de ellos. Practiquemos la empatía, tratemos de entenderlos; seguramente nos sorprenderán. Recordemos que no hay dos alumnos iguales por ende, debemos fomentar la integración en clase y prestar atención a los que se sienten más solos o aislados.

…mantenemos una actitud positiva. El humor y la diversión son herramientas indispensables en el aprendizaje. Debemos transmitir el entusiasmo y la alegría de aprender y lo mucho que se puede disfrutar compartiendo conocimientos y experiencias.


…somos justos. Los pequeños enfrentamientos con nuestros alumnos son inevitables, pero será nuestra capacidad para gestionarlos lo que marque la diferencia. Mantengamos la calma, dejemos claros los motivos de nuestra resolución y actuemos con justicia. 
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