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20/06/2015

Los finlandeses: los mejores educados. Es que…




1. Los docentes son profesionales valorados. La educación es una profesión con prestigio y los profesores tienen gran autoridad en la escuela y en la sociedad. El equivalente a Magisterio en Finlandia es una titulación complicada, exigente y larga, que además incluye entrevistas personales, por lo que los maestros son profesionales muy bien preparados y vocacionales.  
2. La educación es gratuita y, por lo tanto, accesible a todos. El sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y gratuita entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Tampoco se paga por los libros ni por el material escolar, y todos los niños reciben una comida caliente al día en el colegio, también gratuita. En el caso de que el niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe organizar y pagar el transporte.
3. El reparto del dinero público se hace de forma equitativa. Los fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros. Hay una base de subvención común para todos pero la cifra final varía atendiendo a las necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más carencias para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor esencial.
4. El currículo es común pero los centros se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y se planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren.
5. La educación se personaliza. Desde los primeros cursos se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde 1.º (7 años) hasta 6.º (12 años), lo que ayuda a que los conozcan mucho mejor.
6. Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma en serio pero también se da importancia al juego y al descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se les considera maduros para aprender. Además, las jornadas lectivas son más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa.
7. Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el aula es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes.
8. Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta 5º curso (11 años) y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos.
9. Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, abundan los profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e ingeniería. Esto también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las lecciones magistrales.
10. Los padres se implican. La sociedad y las familias consideran que la educación es fundamental y la complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más tiempo con sus hijos.

Y los otros países? Son maleducados?


05/06/2015

Eu não gosto de estudar e a culpa não é minha!


Você é do tipo que morre de preguiça dos estudos e não perde uma chance de matar aula? Então pode avisar seus pais: a culpa é toda deles. Ou melhor, dos genes que você herdou deles. Pesquisadores da Universidade do Estado de Ohio entrevistaram 13 mil gêmeos (idênticos ou não), com idades entre 9 e 16 anos, de seis países diferentes (Inglaterra, Canadá, Japão, Alemanha, Rússia e Estados Unidos). Todos eles preencheram questionários para contar o quanto gostavam de fazer algumas tarefas, como ler, escrever, soletrar, etc. A ideia era descobrir qual fator influenciava mais: a genética ou o ambiente de criação. Por isso, os pesquisadores compararam as respostas dos gêmeos. E os irmãos idênticos, que compartilham todos os genes, tinham respostas mais parecidas (dividiam o mesmo amor ou ódio pelos estudos) do que os pares de gêmeos fraternos, que compartilham apenas cerca de 50% dos genes. Segundo a pesquisa, isso prova que o ambiente de criação tem pouca influencia na sua paixão pela escola e o que impera mesmo são os genes. As diferenças na personalidade herdada pelas pessoas têm um impacto maior na motivação com os estudos. Isso não significa que a gente não tente encorajar e inspirar alunos, mas temos que lidar com essa realidade. 
A culpa não é sua.
Você tem razão!

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