1. Los docentes son profesionales valorados. La educación es una profesión con prestigio y los profesores tienen gran
autoridad en la escuela y en la sociedad. El equivalente a Magisterio en
Finlandia es una titulación complicada, exigente y larga, que además incluye
entrevistas personales, por lo que los maestros son profesionales muy bien
preparados y vocacionales.
2. La educación es gratuita y, por lo tanto, accesible a todos. El sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y
gratuita entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos.
Tampoco se paga por los libros ni por el material escolar, y todos los niños
reciben una comida caliente al día en el colegio, también gratuita. En el caso
de que el niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe
organizar y pagar el transporte.
3. El reparto del dinero público se hace de forma equitativa. Los fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros. Hay
una base de subvención común para todos pero la cifra final varía atendiendo a
las necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más
carencias para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor
esencial.
4. El currículo es común pero los centros se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque
tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y se planifican para
conseguir los logros establecidos como mejor consideren.
5. La educación se personaliza. Desde los
primeros cursos se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades
especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se
minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta el ritmo de
aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas.
Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde 1.º (7 años) hasta
6.º (12 años), lo que ayuda a que los conozcan mucho mejor.
6. Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma en serio pero también se da importancia al juego y
al descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el
que se les considera maduros para aprender. Además, las jornadas lectivas son
más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con
descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso
para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa.
7. Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países,
sino que el tiempo que pasan en el aula es más reducido y destinan las horas
restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma
colaborativa con otros docentes.
8. Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta 5º
curso (11 años) y los informes que el profesor elabora para los padres son
descriptivos, no numéricos.
9. Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la
sociedad finlandesa, abundan los profesionales de campos artísticos y creativos
y también los de tecnología e ingeniería. Esto también se fomenta en la
educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración
por encima de la memorización y las lecciones magistrales.
10. Los padres se implican. La sociedad
y las familias consideran que la educación es fundamental y la complementan con
actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres
para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más
tiempo con sus hijos.
Y los otros países? Son maleducados?
Y los otros países? Son maleducados?
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