La lectura es y seguirá
siendo una herramienta fundamental para la educación y la formación del
individuo. La actividad lectora suele estar vinculada al ocio y al placer:
“leer es un placer” es absolutamente cierto. Si según Borges se escribe para la
felicidad, entonces es pertinente suponer que leemos con el mismo fin. La
lectura hace al hombre verdaderamente humano, culto y memorioso. “El libro es
el más asombroso instrumento del hombre, es una extensión de su memoria y de su
imaginación”–Borges. Existe una estrecha relación entre palabra y pensamiento
y la lengua escrita es su “ordenador” más preciso y eficaz. La lectura es una
formidable herramienta de autoformación e investigación. Nos permite desarrollar
un mayor sentido crítico, hacernos más conscientes y más capaces de ejercer
nuestra posibilidad de elección ante las múltiples y muchas veces
contradictorias opciones que la sociedad y nuestra propia existencia nos
ofrecen. El poder de la lectura nos otorga las siguientes posibilidades:
1. Expresar
nuestro pensamiento.
2. Enriquecer
nuestra imaginación.
3. Proporcionarnos
nuevos conocimientos que nos ayudarán a comprender mejor el mundo y a tomar
mejores decisiones.
4. Ampliar
nuestra concentración y pensamiento abstracto aumentando nuestra capacidad
creadora.
5. Conocer
mejor las emociones y sentimientos íntimos que expresan la condición humana.
6. Optimizar
la utilización de nuestro tiempo libre.
7. Experimentar
la otredad: descubrir al “otro” en el tiempo, en el espacio, en la raza, en la
edad, en el sexo, en las creencias religiosas, en las costumbres.
8. Nos
coloca ante otros puntos de vista, volviéndonos más abiertos a compartir y
comprender. Leer es un poder.
Y tú, ¿lees?
Gracias
a Eduardo Liendo
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