"El
carácter del hombre es su destino."
Heráclito
Estas habilidades o inteligencias
como las define Howard Gardner, no son algo que se pueda ver o contar: son
potenciales que se activan o no en función de los valores de una cultura
determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las
influencias en nuestro desarrollo intelectual de nuestra familia, nuestro
entorno social, nuestros educadores, nuestras experiencias.
Entre las habilidades transversales
se ubican aquellas como la capacidad de comunicar ideas, argumentar para
defender propuestas, saber trabajar en equipo, otorgar significados a
conceptos, transferir los conocimientos adquiridos a los problemas de la vida
cotidiana. En definitiva, se trata de aquello que nos puede diferenciar y nos
convierte en personas únicas.
Las principales habilidades
transversales (o blandas) son:
1- Cognitivas: Relativas a nuestra
manera de razonar. La habilidad de resolver problemas de manera rápida,
creativa y eficaz tomando en cuenta el contexto, las personas involucradas y
resistiendo el nivel de stress que comporta. Tener una mentalidad abierta y
flexible, saber escuchar e incentivar las relaciones interpersonales. Poseer un
pensamiento crítico y autónomo y ser poco influenciable.
2- Socio-emotivas: Concernientes a la
manera en que gestionamos nuestras emociones y nuestras relaciones con los
otros. Cómo comunicamos de manera eficaz, ser empáticos, no ser prejuiciosos,
aceptar diversos puntos de vista, crear y trabajar en equipos eficientes y
colaborativos.
3- Realizativas: La capacidad de
trasformar ideas en acción. Tomar la iniciativa, estar enfocados hacia
objetivos y resultados. Buenas capacidades organizativas, de planificación, ser
enérgicos y entusiastas. Ser buenos motivador y auto motivadores.
4- Dirigenciales: Cómo ser un buen
leader. La capacidad de comunicar, de escuchar de manera eficaz, de transmitir
confianza, de mantener un ambiente estimulante.
Específicamente el ámbito escolar, las
habilidades transversales son aquellas que el estudiante debería desarrollar
paralelamente a sus estudios y que tienen mucho que ver con la inteligencia
emocional. Básicamente es lo que diferenciará a dos o más personas con los
mismos conocimientos o títulos de estudio y definirá el éxito o el fracaso en
la vida profesional y personal.
Estas habilidades son más importantes
que las buenas calificaciones a la hora de determinar el éxito de un estudiante
en la vida.
Las escuelas deberían dar mucha más importancia
al desarrollo de estas habilidades y hacer más para ayudar a los alumnos a
desarrollarlas.
El sistema educativo actual con
padres, estudiantes y educadores está fundamentalmente focalizado en la
importancia de obtener buenas calificaciones, ejerciendo sobre los jóvenes una
presión increíble para lograrlas. Mientras que las habilidades transversales,
que son clave para una vida plena y exitosa, se pasan por alto.
En el ámbito académico se está generando
cada vez más consciencia sobre la importancia de resaltar estas habilidades en
los educadores que a través de ellas deberán ayudar a desarrollarlas en sus
estudiantes para que dejen de ser solo máquinas de absorber conocimiento e
información.
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