Timbre…entran,
se sientan, se callan (no todos), están atentos (tratan), oyen (no escuchan),
toman apuntes, memorizan, afrontan pruebas y exámenes con lo memorizado y
esperan lo único que importa: el tan temido resultado. Este es el proceso de
aprendizaje en la mayor parte de los centros educativos del Occidente. Alumnos,
profesores, familias lo aceptan sin discutir.
La pregunta
temida y evitada desde hace décadas es: ¿realmente aprenden?
¿Qué y cómo debe
aprender un alumno para lograr que su aprendizaje sea eficiente, eficaz y que
tenga un verdadero significado para él?
Aprender a aprender:
Activar la curiosidad, la motivación, el placer por aprender, por conocer.
Aprender a hacer: Descubrir
los talentos, las fortalezas, el ritmo personal, el autoconocimiento.
Aprender a coexistir: Establecer
interrelaciones, resolver conflictos, gestionar el trabajo en equipo.
Aprender a ser:
Desarrollar la propia personalidad, la propia responsabilidad, la propia autonomía,
la autoevaluación y el pensamiento crítico.
Para lograr
estos puntos, las tareas que presentemos a nuestros alumnos deben contener un reto para activar la curiosidad, la atención,
la motivación para así lograr un objetivo tangible.
Activar el placer por
conocer, por investigar, para que se sientan dueños de su propio proceso de
aprendizaje, para que puedan explorar fuentes de información, decidir qué es
importante y qué es secundario, lograr un aprendizaje auténtico, conectando los
conocimientos ya adquiridos y los nuevos con el mundo real, con un proyecto,
explorando sus talentos, sus fortalezas y sus debilidades, el todo a sus propios
ritmos.
Durante todo
este proceso, los alumnos tomarán decisiones individuales y grupales,
reflexionarán, realizarán críticas y revisiones, borrarán, romperán,
reestructurarán el contenido y para ello han de relacionarse, de resolver los
conflictos que vayan surgiendo, poniendo en la balanza la responsabilidad, la
autonomía de cada miembro del equipo que trabaja en el proyecto; estarán
aprendiendo a ser equipo.
De esta manera
convierten el reto en algo tangible, concreto que todos, compañeros, educadores,
familias evaluarán reconociendo el esfuerzo, el talento desarrollado, el
espíritu emprendedor y el pensamiento crítico que han adquirido en el
recorrido.
En
conclusión, aprenden…