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26/02/2015

Sonreír: la mejor medicina.

Una simple sonrisa, forzada o genuina, puede hacer maravillas por nuestra salud. En años recientes, los científicos han mostrado un interés creciente en saber cómo las expresiones faciales afectan a las personas, tanto física como mentalmente. La sonrisa genera resultados fantásticos en los participantes en estos experimentos y, quizás  aún es más impresionante haber demostrado que sonreír es contagioso y que a través de la apariencia de individuos felices es posible transmitir  sentimientos de júbilo a los demás. Dado que este es un tema de investigación relativamente nuevo, los científicos recién están comenzando a entender los efectos positivos, tanto sicológicos como fisiológicos, de la sonrisa. Algunos estudios establecen que solo las sonrisas genuinas pueden conferir esos efectos beneficiosos para la salud, pero otros sugieren lo contrario. En un estudio conducido con pacientes deprimidos a quienes se les había inyectado Botox en la cara para prevenir que fruncieran el ceño, los resultados indicaron que el 27% de los participantes fueron capaces de recuperarse de su desorden depresivo en comparación con el grupo control inyectado con una solución placebo, en el cual la recuperación fue de solo 7%. Otro estudio de mayor duración, fue conducido con jugadores de béisbol cuyo promedio de vida fue comparado, entre los que sonreían en su fotografía y los que no lo hacían. Los resultados indicaron que el primer grupo resultó tener un promedio de vida de alrededor de 79 años en comparación con el otro, de 73 años. Los beneficios, que para la salud, podemos recibir modulando nuestra expresión facial son increíbles. Ha sido bien documentado que el sonreír puede ayudar a reducir el estrés y más aún prevenir su escalada en muchas situaciones. La ansiedad ha sido asociada al desarrollo de serios problemas de salud, tales como el cáncer enfermedades cardiovasculares, la obesidad y la diabetes. De manera  que si queremos disfrutar de una feliz y larga vida,  nuestro objetivo debe ser reducir el nivel de estrés en nuestra rutina diaria. Cuando confrontamos momentos en nuestro día a día que nos causan ansiedad, nuestro cuerpo comienza a reaccionar de cierta manera. Por ejemplo, el pulso y  el azúcar en la sangre aumentan, mientras que nuestro sistema digestivo comienza a colapsar, entre otros efectos. Se presentan una serie de efectos fisiológicos que escapan a nuestro control, aunque existen otras funciones  corporales sobre las cuales si podemos influir. La respiración y la actitud son las más importantes, ya que controlando estas funciones, podemos prevenir la ocurrencia de  los síntomas del estrés. La respiración puede ser controlada a través de una variedad de técnicas, pero la actitud es aún más fácil de cambiar dado que para controlar esta, lo que se requiere es recordarnos a nosotros mismos que debemos sonreír. La risa libera unas sustancias químicas naturales llamadas  endorfinas en nuestro sistema  que hacen que nos sintamos felices. Estas también envían señales a nuestro cerebro que le indican que no existe ninguna situación problemática y hace que nuestro cuerpo se relaje en vez de permanecer tenso. La próxima vez que nos encontremos frente a una situación estresante, tratemos de sonreír y veremos cuanto puede ayudarnos este simple acto!

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