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22/04/2015

Oír o Escuchar? Esa es la cuestión…

Uno de los principales inconvenientes que nos encontramos dentro del proceso comunicativo es que no sabemos escuchar; el mensaje no llega como debiera y muchas veces nos sentimos poco valorados e incomprendidos. Por eso decimos que oímos pero no escuchamos. Oír se hace de manera pasiva, se trata simplemente de percibir vibraciones de sonido. No es más que un aspecto fisiológico relacionado con las sensaciones. En cambio escuchar implica, además de oír, interpretar lo que se oye. Se trata de la capacidad de captar el mensaje en toda su amplitud, no sólo prestando atención a lo que se percibe verbalmente, sino también a lo que observamos a través de la comunicación no verbal, tono de voz y lenguaje corporal de la persona que habla. Podemos decir entonces que se trata de entender, comprender y dar sentido a lo que se oye. Se escucha de manera activa, por ello el término de Escucha Activa al referirnos a este primer paso de la comunicación. Entendemos, por tanto, que la Escucha Activa es imprescindible para poder relacionarnos de una manera emocionalmente saludable, ya que no sólo presta atención a lo que la persona está diciendo, sino también a los sentimientos, ideas o pensamientos que se derivan de lo que está diciendo. Facilitando de este modo poder ponernos en el lugar del otro, lo que llamamos empatía.  

En qué consiste la Escucha Activa?
- Estar preparados mental y físicamente antes de la escucha, ya que requiere un esfuerzo de atención y predisposición mental para captar el mensaje.
- Tener una actitud positiva.
- Reflexionar sobre la forma de ser y actuar del emisor para tratar de adaptarnos lo máximo posible a él.
- Mostrar interés en lo que nos está diciendo para que sienta que lo estamos escuchando.
- Tratar de ponernos en su lugar, a través de lo que se conoce como Escucha Empática.
- Entender y respetar sus problemas, pensamientos y emociones.
- Buscar un espacio de calma que le ayude a sentirse cómodo, facilitando de esta manera la comunicación.
- Respetar la distancia con el emisor, en función de la relación personal que tengamos con él.
- Escuchar con los ojos, igual que con los oídos. Prestar especial atención al lenguaje corporal para poder interpretarlo.
- Tener en cuenta el tono, la intensidad y el ritmo de la voz, ya que a través de ellos se transmiten emociones.

Qué se debería evitar?
- Crearnos expectativas. Tener la mente abierta sin esperar nada.
- Hacer caso omiso de nuestras emociones, prejuicios y opiniones antes de comenzar la comunicación.
- Distraernos con otras cosas mientras estamos escuchando.
- Interrumpir a la persona que habla.
- Juzgar. Ser conscientes de la persona que tenemos delante tratando de entenderla, valorarla y comprenderla desde el respeto.
- Dar consejos, aleccionar, llevar la contraria y cambiar de tema.
- Contra argumentar.
- No subestimar los sentimientos de la otra persona.
- Hablar de nuestra experiencia mientras el otro tenga la necesidad de seguir hablándonos.

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