Una buena parte de las personas (creo la
mayoría) en el mundo viven una vida que no les satisface. Trabajo, ciudad,
país, pareja, amistades. Eso yo lo considero un problema de amplio impacto ya
que conlleva consecuencias negativas sea para el individuo que para su entorno
social.
En lo que respecta al individuo, vivir una vida
que no satisfaga sus reales necesidades, pasiones, sueños y deseos, tal vez comporte
tranquilad y comodidad material pero espiritualmente será una vida mísera y vacía.
Esa miseria se verá reflejada inevitablemente en la salud psicofísica de ese
individuo y su entorno social también será víctima de ello.
Una persona insatisfecha no podrá ser un buen
ciudadano, un buen hijo, una buena pareja, un buen padre, un buen amigo, un
buen empleado o un buen empresario. Podríamos escribir páginas infinitas sobre
la famosa “zona de confort” y lo difícil que nos cuesta salir de ella. Pero eso
para mí es consecuencia y no causa del problema.
En mi opinión la verdadera causa es la
educación, vista como simple cumplimiento de obligaciones sociales y transferencia de información. El sistema
socio-educativo-cultural nos informa pero no nos forma. Una sociedad sana
necesita individuos con claras ideas sobre lo que desean para sus vidas. Estudiar
y formarse para “ser” y no para “hacer”. Es necesario un cambio cultural y no
una simple reforma educativa. Ese cambio tiene que incluir padres, educadores y
aprendices en un trabajo grupal que tenga como finalidad la formación de
individuos satisfechos con sus vidas.
Como bien afirma Sir Ken Robinson, prestigioso
educador británico, en la actualidad los sistemas educativos están siendo reformados,
pero eso está errado porque están siendo reformados sistemas que no funcionan,
así que reformarlos no tiene sentido, hay que cambiarlos completamente, hay que
transformarlos en algo totalmente diferente.
Innovar siempre es difícil, es todo un reto. Hay
que pensar en algo que conecte con las verdaderas necesidades del individuo. Hoy la educación es algo lineal: El educador toma información y se la “entrega”
al estudiante como un “delivery”. Los estudiantes presencian, oyen (raras veces
escuchan), toman apuntes, memorizan y luego se preparan para pasar pruebas que
los llevan al objetivo principal: cumplir con las normas educativas, con los padres,
con la sociedad. La pregunta es si esos estudiantes se preparan para con ellos mismos
con los cuales deberán convivir por el resto de sus vidas.
El sistema educativo y formativo actual
sacrifica todo talento, no permite a los estudiantes descubrir en qué son
mejores y cómo desarrollar esos aspectos que les hacen destacar y ser felices.
El talento humano es muy diverso, las personas tienen muy distintas aptitudes.
Cuando algo nos hace disfrutar, nos apasiona, hay un cambio en la forma en que nos
sentimos. El tiempo pasa rápido y placenteramente, por el contrario cuando hacemos algo que no nos gusta, obligados, todo se nos vuelve
gris y aburrido. Quién no recuerda lo eterno de un día de colegio haciendo cosas
que no nos motivaban o interesaban en lo absoluto.
Nuestro cerebro es un sistema maravilloso de
emociones y conocimientos. El florecimiento de un ser humano no es algo mecánico,
no se puede estandarizar, es algo absolutamente íntimo y distinto en cada uno
de nosotros. No hay dos cerebros iguales. Transformar la educación y la formación
supone adaptarse a las circunstancias, personalizar, dar a cada individuo la
oportunidad de desarrollar su máximo potencial.
Las personas deben encontrar por sí solas las
respuestas a sus propias preguntas.
Todos tenemos sueños; hay que tomarlos en cuenta, respetarlos, hacerlos respetar y tratar de que se hagan realidad, solo así seremos mejores personas, ciudadanos, sociedades, países, continentes, mundos, universos…
Todos tenemos sueños; hay que tomarlos en cuenta, respetarlos, hacerlos respetar y tratar de que se hagan realidad, solo así seremos mejores personas, ciudadanos, sociedades, países, continentes, mundos, universos…
Mi respetuoso agradecimiento a Sir Ken Robinson
No comments:
Post a Comment