La capacidad
de comunicar es un activo valioso.
Los estudios
demuestran que la comunicación oral es considerada una de las competencias más
importantes. Las personas más exitosas (en lo laboral y en lo personal), son
más propensas a ser excelentes comunicadores.
Una buena
comunicación es importante pero hay que saber desarrollarla, no es innata. Es
un trabajo personal que todos deberíamos afrontar para mejorar nuestra calidad
de vida y la de lo que nos rodean.
Algunas de las
habilidades más importantes de un buen comunicador son:
Escuchar
Esta habilidad
es fundamental para un fructífero proceso comunicativo. Si no aprendemos a
escuchar (que no es oír), podemos lograr ser grandes habladores, pero ciertamente
no buenos comunicadores. Escuchar a una persona nos enseña cómo comunicarnos
con ella; nos proporciona ideas importantes y contexto.
Debemos escuchar más que hablar
Cuando logremos
una sincronización neuronal y compartamos nuestros propios pensamientos e
historias con otros, evitemos la tentación de prolongarnos mucho en hablar para
que el diálogo no pase a ser un monólogo.
Si queremos despertar interés, tenemos que demostrar interés
Preguntar
Formulemos preguntas
clarificadoras. Parafraseemos lo que nuestro interlocutor nos comunica; demostraremos
que estamos escuchando y evitaremos de esa manera malinterpretar u olvidar lo
que se nos dijo.
Claridad
La claridad es
muy importante. A menudo, lo que decimos tiene sentido en nuestro cerebro, pero
debemos considerar que nuestro oyente tiene otro contexto, otro Mapa Mental. Con
la claridad al conversar evitaremos incómodas interrupciones o peligrosas
malas interpretaciones.
Franqueza
Si queremos
comunicarnos, tenemos que ser francos, abiertos. Tenemos que establecer y
sostener contacto visual. Debemos sonreír. Una sonrisa y un contacto visual
sinceros pueden hacer milagros, en segundos.
Empatía
La empatía es
esencial para una buena comunicación. Todos vivimos en nuestros pequeños mundos,
pero para lograr una conexión con alguien se requiere la capacidad de ponerse
en el lugar de esa persona y tratar de entender su punto de vista.
Cuando
logramos empatizar, podemos tener conversaciones en calma y con racionalidad. Ya
sea que estemos en el trabajo, en casa o con amigos, la empatía puede ayudarnos
a desactivar situaciones emocionalmente cargadas y así poder tener una
conversación fructífera.
Energía
Estamos
naturalmente atraídos por personas que elevan nuestro estado de ánimo y logran
inyectar más energía a una conversación. Mostremos sincero entusiasmo e interés
por lo que se nos dice, aunque nos resulte difícil. Escuchemos atentamente.
Una
comunicación efectiva no surge naturalmente. Tenemos que desarrollarla y ser
conscientes de las cosas que podemos hacer para mejorarla.
El desarrollo
de buenas habilidades comunicativas nos permite lograr que la inteligencia, las
ideas y las personas a nuestro alrededor, brillen.
Vivir rodeado
de luz vale la pena.
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