Más de una vez hemos oído comentarios
halagadores sobre las instalaciones de una escuela nueva o remodelada no
obstante pocas veces nos preguntamos sobre la importancia de lo que hay dentro
de las aulas y cómo está distribuido.
Los espacios en un aula son muy importantes a
la hora de crear un ambiente invitante, estimulante para el aprendizaje, para
el compartir y para la diversión.
·
Coloquemos
materiales didácticos a la vista de los estudiantes. Eso genera curiosidad y un
acercamiento natural hacia el material de aprendizaje. De esta manera los
estudiantes pueden acceder con completa libertad a la información pensada y
organizada previamente por el docente y así enriquecer la práctica educativa.
·
Utilicemos
las paredes. Una simple pared en blanco es una oportunidad para promover buenos
hábitos, crear espacios de interacción y trasmitir ideas a los estudiantes.
·
Aprovechemos
los rincones. Utilicemos materiales reciclados y originales para organizar
junto con los alumnos, áreas del salón de clases que no se suelen utilizar con
frecuencia y clasifiquémoslos por tema:
ü El rincón de la limpieza, para
promover los buenos hábitos de higiene personal, orden y limpieza del aula.
ü El rincón de la lectura, para motivar
el maravilloso hábito de la lectura.
ü El rincón de los juegos de mesa,
donde incluir juegos de habilidad mental.
ü El rincón tecnológico, que puede
incluir computadoras, tabletas, proyector, etc. con los cuales organizar actividades
individuales o grupales.
·
Coloquemos
materiales en el suelo. Eso permite que los niños se muevan y se comuniquen más
fácilmente entre ellos. Los estudiantes se cansan de permanecer siempre
sentados en el mismo asiento, por eso es recomendable de vez en cuando trabajar
en el suelo, para ellos es muy divertido y mientras se divierten, aprenden.
·
Utilicemos
otras áreas de la escuela. El romper algunas veces la monotonía del aula,
genera curiosidad entre nuestros alumnos que a su vez genera emoción que a su
vez genera atención. Los profesores nos habituamos a trabajar siempre en el
aula, ya que es el espacio predeterminado para nuestra labor, sin embargo
muchas actividades que implican juego y apoyan el trabajo al interior del aula,
pueden ser recreadas en otras partes: el patio, la biblioteca, el jardín, un
pasillo; eso permitirá que los niños tengan un espacio distinto del habitual
para trabajar y les resultara muy excitante.
·
Reorganicemos
los bancos semanalmente. Las aulas tradicionales se distinguen por tener una
organización estática, determinada por la cantidad de estudiantes y la
individualización del trabajo; es conveniente explorar otras formas de
organizar los pupitres y las mesas.
La novedad, la originalidad, el no saber qué “hará hoy el profe…”, genera expectativas,
curiosidad, atención, emoción, todos elementos necesarios para un efectivo (y
divertido) aprendizaje que beneficiará educandos y educadores por igual.
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