Su Importancia en la Educación y en el Aprendizaje.
No hay dos cerebros iguales y la velocidad con
la cual éstos procesan información varía de estudiante a estudiante. En la
misma aula tendremos alumnos que siempre levantarán la mano primero pero
también tendremos alumnos que necesitarán más tiempo para procesar la
respuesta. Si no damos más tiempo para responder podemos crear la sensación de
inferioridad y aislamiento en algunos alumnos, dificultando así el Aprendizaje. Recordemos también que los
niños necesitan más tiempo de respuesta que los adolescentes y eso generalmente
no se tiene en cuenta en las clases.
Cuando nuestro Cerebro tiene más tiempo para
procesar información, mejora nuestra calidad de Pensamiento y de Aprendizaje.
La concepción que la Pausa (o Tiempo de Espera) es una pérdida de
tiempo porque “no se hace nada”, es
errada. El Cerebro de los estudiantes durante esas breves pausas que otorgamos
después de una pregunta, puede efectuar distintas acciones: concentrarse en una
imagen, hacer asociaciones, comparaciones, contrastes, buscar en su vocabulario
mental, crear nuevas Conexiones. A
través de esa Pausa los procesos
mentales se enriquecen, se profundizan. Cuando no tomamos en cuenta dichos tiempos,
la información transferida a los estudiantes puede no ser asimilada correctamente.
Para el Educador,
las Pausas son micro-vacaciones que
nos otorgamos dentro de nuestra agitada y compleja jornada de clases. El Educador puede detenerse a reflexionar
sobre cómo se siente, cómo se siente el grupo, qué necesitan sus estudiantes, cómo
puede explicar mejor un tema. Son pequeños momentos de reflexión que nos ayudan a
clarificar nuestro recorrido y ayudan a nuestros estudiantes a procesar mejor
la información que hasta ahora han recibido. Pueden sernos muy útiles también para
elaborar y simplificar una respuesta a una pregunta compleja por parte de un alumno.
Según algunos estudios, los Educadores después de
hacer una pregunta en clase, esperan 1 o 2 segundos para oír la respuesta. Si
alargáramos ese tiempo a 4 o 5 segundos, los estudiantes estarían en grado de
responder más apropiadamente a esas preguntas y habría menos “yo no sé” en el aula. Durante esos 4 o
5 segundos suceden cosas maravillosas en los cerebros de los estudiantes e
interrumpir esos procesos por parte del Educador, exigiendo una respuesta
inmediata, no es lo más apropiado. Luego de la respuesta por parte de un
alumno, debería haber otra Pausa
necesaria para que otros estudiantes puedan procesar la réplica dada por su
compañero y decidir si agregar comentarios o informaciones adicionales.
Otra Pausa
frecuente pero no menos importante, surge cuando nuestro Cerebro tiene una
pregunta, una exposición o un comentario pero antes de completarlo, queda en
blanco; no recordamos lo que íbamos a decir. No se asusten. Hay que respetar
esos tiempos en los cuales el cerebro está reelaborando las conexiones
necesarias para tal acción.
Otra es la Pausa
Intencional durante una lectura o exposición del Educador que otorga al
estudiante el silencio necesario para absorber la información y consolidarla,
sin necesidad de respuesta. De esta manera el Cerebro del estudiante logra
“seccionar” la información en pequeños bloques para así absorber mejor la
información.
La Pausa
de Impacto es la pausa que genera expectación, curiosidad, suspenso y por
ende Curiosidad y Atención.
La Pausa Post-tarea es la que el estudiante necesita luego de haber terminado un examen
o una prueba antes de entregarla para que pueda reflexionar sobre lo que ha
escrito.
La Pausas
son también la base de una buena Inteligencia
Conversacional en el aula. Muchas veces como Educadores, estamos tan
ansiosos por expresar nuestros pensamientos e ideas que interrumpimos a los
estudiantes, limitándoles el tiempo necesario para que procesen la información
y puedan responder correctamente.
Solo respiren y tómense unas Pausas, todo fluirá mejor...
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