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22/06/2017

La Excelencia no se logra solo con talento, hay que…



1. Ser curiosos e impulsivos
El profesor Mihaly Csikszentmihalyi entrevistó a 91 genios, de todas las disciplinas, incluyendo a 14 premios Nobel. Una de sus principales conclusiones es que las personas con mentes privilegiadas, que logran creaciones excepcionales, tienen dos cosas en común: Curiosidad y Determinación. Están absolutamente fascinadas por su trabajo y, aunque haya otras personas más brillantes, su enorme deseo de lograr lo que se proponen es el factor decisivo.

2. Dedicar mucho tiempo a nuestra especialidad
El expediente académico no se relaciona con la excelencia. El profesor de la Universidad de California, Dean Keith Simonton, realizó un estudio en que analizó los expedientes académicos de más de 300 genios nacidos entre 1450 y 1850, entre ellos gente como Leonardo da Vinci, Galileo, Beethoven o Rembrandt. Determinó cuánta educación formal había recibido cada uno y midió sus niveles de eminencia a través de sus obras de referencia. Sus resultados fueron sorprendentes: los creadores más destacados eran aquellos que había recibido una educación media, algo así como una diplomatura. Los que habían recibido una mayor y una menor educación eran menos creativos.
Los creadores más destacados son siempre aquellos que más han trabajado en su especialidad y han dedicado su vida a ella. Los genios más destacados de la historia nunca dejaron de estudiar; eran autodidactas y adictos al trabajo. Sin esfuerzo, el talento importa poco. Los creadores más destacados son aquellos que más han trabajado en su especialidad, que han dedicado sus vidas a ella, que han aprendido todo lo que se podía aprender y que han llevado su pasión al límite.

3. Ser muy críticos con nuestro trabajo
Según el psicólogo Howard Gardner, los grandes genios tenían un patrón similar de trabajo, que se basaba en el ensayo y error: analizaban un problema, creaban una solución, la probaban y generaban una retroalimentación constante. Los individuos creativos emplean una considerable cantidad de tiempo en reflexionar acerca de lo que quieren alcanzar, si han tenido éxito o no y si no lo han logrado, qué deben hacer diferente.

Las mentes más creativas son también las más metódicas

4. Ser sacrificados, solitarios y neuróticos
Los genios están todo el rato pensando en su obra y esto tiene múltiples desventajas. Dedicar todo tu tiempo al trabajo implica un sacrificio inmenso y una merma en las relaciones sociales. Según Csikszentmihalyi, la mayoría de genios son marginados durante la adolescencia, en parte porque su intensa curiosidad e intereses resultan extraños a sus compañeros, en parte porque los adolescentes no están dispuestos a gastar tiempo, en soledad, para cultivar su talento. En ocasiones, el sacrificio necesario para ser un genio puede rozar lo patológico. La entrega puede tornarse en obsesión: las personas excelentes no son necesariamente felices. Muchos genios desarrollan, además, una personalidad neurótica: son maniáticos y egoístas.

5. Trabajar siempre por pasión, nunca por dinero

Los verdaderos genios se desviven por su trabajo y, en ningún caso se entregan a éste por dinero, sino por pasión y vocación. El placer de la actividad en sí más que por las recompensas extrínsecas que finalmente recibían.

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