Las
investigaciones han demostrado que la Empatía está asociada con la bondad y el
ayudar a los demás; nos permite funcionar armónicamente en sociedad y
sobrevivir como especie.
Pero la Empatía
también puede ser una agotadora emocional. Las personas empáticas que
fácilmente interiorizan los sentimientos de otros, pueden sentirse abrumadas,
heridas y desanimadas. Un estado muy estresante.
Hay dos maneras
de manejar la Empatía. La primera es imaginarse cómo alguien podría sentirse en
una circunstancia dada, conocida con las siglas en inglés como IOST (Imagine-Other-Perspective-Taking).
La segunda es imaginarnos en la situación de la otra persona, conocida
como ISPT (Imagine-Self-Perspective-Taking). En el primer caso, logramos comprender
los sentimientos de la otra persona; en el segundo caso, internalizamos los
sentimientos de esa persona.
Las personas
que tienen un empleo emocionalmente exigente (cuidadores, enfermeras,
asistentes sociales, funcionarios de servicio al cliente, etc.) que adoptan un
enfoque ISPT para la Empatía, pueden
presentar un estrés crónico e incluso un agotamiento muy profundo. De hecho, el
agotamiento relacionado con la Empatía está aumentando en las actividades en
donde se exige que los trabajadores desarrollen una verdadera relación empática
con los clientes.
La Empatía es
necesaria y beneficiosa, pero solo si se centra en lo que la otra persona está
sintiendo sin incluir nuestro yo en la misma situación.
Esto nos
puede ayudar a evitar el agotamiento emocional y también a mantener las cosas
bajo control en nuestras relaciones personales.
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