El término Mindfulness
es la traducción de "Sati"
en idioma Pali, el lenguaje utilizado
por Buddha para difundir sus enseñanzas. En esencia significa conciencia plena, atención plena.
La atención
plena nos ayuda a reconocer los pensamientos negativos que contribuyen a
nuestro malestar emocional y a prever los cambios a través de pequeñas señales,
para así afrontar mejor cualquier eventualidad.
Sin duda tener una mente abierta, junto con una
gran fuerza de voluntad nos ayuda a percibir y recibir los cambios para
afrontarlos activamente. Debemos aprender a ser menos rutinarios y más conscientes
de nosotros mismos, de nuestras habilidades y de nuestra propia fuerza.
Lo primero que debemos hacer es aprender a
reconocer nuestras propias emociones y catalogarlas, tratando de mantener sólo
las emociones positivas, dejando de lado las negativas.
Luego tenemos que aprender a no juzgar y, sobre
todo, a no preocuparnos de la opinión de los demás. Todos somos y debemos ser libres
de hacer lo que queramos con nuestras vidas (siempre sin lastimar a nadie) y
también debemos ser libres de hacerlo sin ser juzgados.
Otro ejercicio es evitar los pensamientos
negativos y concentrarnos en observar realmente lo que está a nuestro alrededor.
Escuchar, tratar de entender, respirar profundamente, encontrar la calma y la
tranquilidad disminuyendo la agitación cotidiana y abriendo nuestra mente. Este
ejercicio también es útil para seleccionar las informaciones que constantemente
recibimos y enfocar nuestras energías sólo hacia nuestros objetivos y no
dejarse llevar pasivamente hacia aguas turbulentas, en donde nos es difícil de
navegar.
Es importante también que no nos centremos en
lo que los demás esperan de nosotros; esto sólo nos conduce a la
insatisfacción, la represión de nuestros rasgos característicos (y únicos), a la
depresión y a la infelicidad.
La aceptación de nosotros mismos y de nuestras
emociones, sin rendirse pasivamente a lo que sucede alrededor.
No debemos ser enemigos de nosotros mismos,
sino aliados de nosotros mismos
"Yo soy" y no "Yo debo ser"
o "Yo debería ser"
Relacionarnos más directamente con el malestar,
el sufrimiento y también lo que nos gusta, puede conducirnos a descubrir la
capacidad de conquistar nuestro propio espacio, de ser menos condicionados y
consecuentemente menos oprimidos por las condiciones externas. De esta manera
tendremos más probabilidades de encontrar soluciones más eficaces para
gestionar y resolver las causas de nuestro sufrimiento, capitalizándolas para
nuestro crecimiento emocional.
Estos pequeños consejos derivados de la antigua
filosofía de la atención plena,
acompañados de la meditación, pueden ayudarnos a vivir mejor y a encontrar la
serenidad y la felicidad que todos necesitamos.
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