Como Educadores,
la mayoría de nosotros estamos muy atentos a cómo comenzar una clase pero pocas
veces nos interesamos en cómo finalizarla. El final de una clase es tan
importante como el inicio porque ese breve momento puede ayudar a nuestros
alumnos a repasar, conservar e incluso memorizar los puntos importantes de la
lección.
Al
comienzo de cada lección generalmente preparamos un "calentamiento", así que al final de cada lección
deberíamos preparar un "enfriamiento".
Podemos hablar sobre cualquier tema que los estudiantes hayan encontrado
confuso o difícil ese día. Es un buen momento para responder preguntas. Debemos
asegurarnos de que todos nuestros alumnos salgan con más claridad y menos
confusión sobre los temas tratados en nuestra lección.
1.
Intervenciones
breves
Para esta
actividad, debemos hacer que todos se turnen para una intervención de máximo un
minuto a la clase. Cada estudiante puede hablar sobre lo que se trató durante
la lección, su parte favorita o un resumen sobre una actividad en la que
trabajaron.
2.
Correcciones
y comentarios
Durante
los últimos 10-15 minutos de la clase, es una buena idea repasar algunos de los
errores que surgieron durante la lección. Ayudar a corregir (y no corregir) los
errores de nuestros estudiantes durante el último momento de la clase es extremadamente
efectivo ya que de esa manera, ellos memorizarán mejor las correcciones y los
comentarios.
3.
Escribir
Podemos realizar
una actividad de redacción que describa en detalle lo que se hizo durante la
lección y, en la próxima clase, al final, podemos revisar y comentar juntos los
errores de escritura.
Estos son
solo algunos ejemplos para ayudarnos a concluir nuestras lecciones de una
manera más atractiva, divertida y eficaz. Útiles y aplicables a todo tipo de
clases y edades.
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