El apoyo, la orientación y el cuidado de los
padres y de los educadores es fundamental para formar niños felices que serán
adultos autónomos, correctos, gentiles, sensibles, empáticos.
Pequeños detalles que darán grandes resultados:
- Los niños aprenden de lo que le ven y de lo que escuchan. Seamos sus mejores modelos.
- Si criticamos al niño, lo primero que él aprenderá será a juzgar.
- Si elogiamos al niño por sus esfuerzos, él aprenderá a valorar lo que cuesta lograr algo en la vida.
- Si le mostramos hostilidad al niño, él aprenderá a pelear.
- Si ridiculizamos al niño, él será una persona tímida e insegura.
- Un niño seguro de sí mismo, aprende a confiar en los demás.
- Si despreciamos al niño con frecuencia, el desarrollará un sentimiento de culpa.
- El niño debe sentir que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, para solidificar su autoestima.
- Si el niño vive en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y respetado, aprenderá a hacer lo mismo con los otros.
- Un niño seguro de sí mismo, no busca la aprobación de los adultos a cada paso.
- Nunca hablemos mal del niño, ni cuando está presente, ni cuando está ausente.
- Valoremos siempre lo bueno del niño de tal manera que no quede nunca lugar para lo malo.
- Escuchemos con atención al niño y respondamos siempre a sus preguntas.
- Respetemos y apoyemos siempre al niño aunque haya cometido un error.
- Ayudemos al niño a buscar algo, pero también permitamos que lo encuentre por sí solo.
Gracias a María Montessori
No comments:
Post a Comment