Search

25/06/2019

Escuela y Hogar…



“Aprender es importante, cómo lo hacemos, no.”

La mayoría de los trastornos emocionales que sufrimos los adultos todos, sin excepción, se originaron en nuestra infancia. En las escuelas hay multitudes de niños temerosos, incompetentes, sometidos, sin estima personal. La escuela y sus educadores tienen ardua tarea (mas no sustitutiva a la de los padres) de tratar de pulir esas “asperezas del alma” de cada niño para que su desarrollo como persona sea lo más satisfactorio para él y su entorno.


En ese camino, en ese proceso comunicativo, el educador deberá estar muy atento no tanto a “qué” dice sino “cómo” lo dice.

Todo buen educador, y pido disculpas por ser repetitivo, debe haber desarrollado una muy eficiente “Inteligencia Conversacional”. La educación es, básicamente un proceso comunicativo.

En todos los países en que he estado colaborando en estos últimos años, he encontrado maestros, profesores, educadores de altísimo nivel académico pero con muy escasa capacidad comunicacional.

El contenido de lo “qué” enseñamos viene luego de “cómo” lo enseñamos. Crear un buen ambiente en el aula donde prive una sana y cordial convivencia es fundamental para que esos pequeños (mas no menos maravillosos) cerebros de nuestros alumnos estén en la mejor disposición para aprender. Eso dependerá mucho de la comunicación empática del profesor.

La verdadera clave del aprendizaje de nuestros estudiantes, se encuentra en la manera en que nos relacionamos con ellos. El todo completado por los padres que juegan un rol importantísimo en estos primeros años de formación. Una trilogía Alumno-Padres-Educador que cuando funciona, garantiza un eficaz, eficiente y (siempre) feliz aprendizaje y formación de individuos.

“En la escuela no deben aprenderse sólo contenidos, sino también costumbres y valores.”
(Papa Francisco).

10/06/2019

Educación y Longevidad…


La economía occidental, basada en la acumulación de riqueza y el consumismo, fomentó la creencia de que a mayor riqueza, más larga y mejor será nuestra vida. Nadie puede negar que mayores ingresos equivalen a más recursos para invertir en salud y “nivel de vida” (a no confundir con “calidad de vida”). Sin embargo, gracias a la Neurociencia, se ha puesto de manifiesto que existe una correlación aún más importante: la que se produce entre nivel educativo y esperanza de vida.
A lo largo del siglo XX la esperanza de vida aumentó en todos los países occidentales, independientemente de su renta per cápita. Entre las causas de la mejoría se cita la tecnología, las vacunas, los servicios públicos de salud, las terapias, una mejor nutrición y, sobre todo, la educación.
Investigaciones recientes confirman que la asociación entre educación y longevidad es mayor que la correlación existente entre renta per cápita y longevidad. Así podemos afirmar que la educación es un factor determinante para disminuir el nivel de mortalidad de una sociedad.
La educación es la responsable de un mejor control sobre las decisiones vitales y un futuro más alentador. Es evidente que las personas más y mejor educadas soportan mejor los procesos de transición o dificultad durante sus vidas. En contraste, se detecta un aumento del consumo de alcohol y drogas entre la población con menos logros educativos (no menos ingresos). Un dato sumamente importante a la hora de actuar políticas de inversión pública en educación.
La educación lleva asociadas unas habilidades cognitivas que favorecen una cultura del cuidado personal y familiar que se expresa a través de hábitos saludables. Ejemplos de estos hábitos pueden ser una adecuada nutrición, la práctica de algún deporte, una mayor higiene, una buena relación comunicativa con el entorno familiar, laboral y social.
La educación favorece el desarrollo de un pensamiento crítico que promueve que la persona evite factores de riesgo como el alcohol, el tabaco o las drogas ilegales y tome mejores decisiones.
La educación permite acceder a mejores puestos laborales, más seguros, más cómodos y más gratificantes bajo todo punto de vista.
La educación se traduce en que las personas toman en mayor consideración los tratamientos médicos y en una menor tendencia a abandonar las terapias pautadas.
La educación induce una disposición más favorable hacia experiencias que se sabe, tienen un efecto “protector” como leer, conversar, compartir, viajar o plantearse nuevos retos de aprendizaje, impulsando una existencia cualitativa y saludable.
Pero la educación no solo se traduce en mejores hábitos de salud. Está demostrado que la educación en general aumenta la densidad de sinapsis en nuestro cerebro y esta posibilidad de mejora se mantiene a lo largo de nuestra vida con cambios adaptativos en el cerebro, sobre todo en mejoras en el pensamiento abstracto y en la capacidad de planificar.
Esta relación entre educación y esperanza de vida nos lleva a proponer nuevas propuestas de políticas educativas.
Un sistema educativo que se esfuerce por evitar el fracaso (o la deserción) escolar desarrollando las habilidades blandas (soft skills) juntamente a las duras (hard skills), es una de las mejores y más eficientes herramientas, que se traduce en una mayor posibilidad de ascenso social, un incremento de la adaptación a circunstancias adversas, un mayor reconocimiento al mérito y al esfuerzo, una optimización de recursos, un incremento de la supervivencia después de impactos de cualquier tipo y el formar parte de una sociedad más inclusiva, competitiva y justa, feliz.

La educación nos hace más libres y más felices por ende, nos hace vivir más y mejor.

05/06/2019

Cuando uno enseña, dos aprenden…







No hay dos cerebros iguales, por consecuencia podemos afirmar que no hay dos educadores iguales. Premisa esta última que aunque parezca obvia, no es tomada en consideración a la hora de elaborar proyectos educativos y de calificar a cada educador por sus métodos y logros.







Existen tantas formas de enseñar como docentes en el mundo; cada uno utiliza sus propias técnicas y sistemas para sus clases. Lo que importa son los resultados no solamente académicos sino también emocionales.


Entre tanta diversidad, sin embargo, hay algunas características que acomunan a todos los buenos docentes.

1. Disfrutan enseñando.
A pesar de los horarios (y de algunos alumnos) extenuantes, un buen docente es siempre feliz dando clase.

2. Hacen la diferencia
Un buen educador hace sentir especiales a sus alumnos desde el momento que ingresan a su aula y siempre está disponible dentro y fuera de ella.

3. Actúan positivamente
Siempre carga buena energía y la sabe transmitir a su salón de clase. Sonríe y ríe. Nunca está desanimado, triste, somnoliento o de mal humor.

4. Conectan con sus alumnos
Este es, según mi opinión, la habilidad más importante de un buen educador: Poseer una gran capacidad empática y comunicativa.

5. Dan todo por el todo
Demuestra constantemente el amor que tiene hacia su profesión e inspira a los demás con su buena labor.

6. Son organizados
Organiza con tiempo y meticulosamente sus actividades.

7. Tienen mente abierta
Un buen docente sabe que no hay dos cerebros iguales y que trata con diferentes tipos de personas por eso está siempre abierto a nuevas ideas y diferentes opiniones.

8. Fijan normas
Crea estándares y normas de competitividad para él mismo y sus estudiantes con gran asertividad y eficacia.

9. Utilizan (con justa medida) las nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías son grandes aliados, sabe cuándo utilizarlas, cómo utilizarlas y hasta cuándo utilizarlas. A pesar de ello es un ferviente convencido que la prioridad en el proceso de aprendizaje sigue siendo el contacto humano.

10. Promueven cambios
Evalúa constantemente fortalezas y debilidades de cada alumno y crea estrategias de cambio. No clasifica, no juzga, no aparta. Todos sus alumnos merecen el mismo respeto y trato.

11. Incentivan la reflexión
Toda información transmitida a sus estudiantes es materia de discusión, de reflexión. Educa a no aceptar nada por verdad absoluta. Estimula el desarrollo del pensamiento crítico.

12. Aprenden
Un buen educador está constantemente actualizado y cada sesión es para él motivo de un nuevo aprendizaje.

Cuando uno enseña, dos aprenden…



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...