...pueden literalmente cambiar nuestro
cerebro.
Una sola palabra tiene el poder de influir
en los genes que regulan el estrés físico y emocional. Tengamos cuidado con las
palabras que usamos porque pueden literalmente cambiar nuestro cerebro.
Cuando usamos palabras positivas, mejoramos
el razonamiento cognitivo en áreas de nuestro lóbulo frontal y estimulamos los
centros de motivación del cerebro.
Por otro lado, el uso de palabras negativas
impide la producción de neuroquímicos que necesitamos para el manejo del estrés.
Aumenta la sensación de “miedo - amenaza” en nuestro cerebro y se bloquean las
conexiones de pensamiento elevado.
Al mantener palabras positivas y optimistas
en nuestra mente, también estimulamos la actividad en los centros de lenguaje
específicos que se conectan directamente a la corteza motora responsable de
movernos a la acción.
Las funciones en el Lóbulo Parietal comienzan
a cambiar y modifican nuestra percepción de los demás y de nosotros mismos. Una
visión positiva de nosotros mismos nos lleva a ver lo bueno en otros, mientras
que una auto-imagen negativa nos lleva hacia la sospecha y la duda.
Con el tiempo,
la estructura de nuestro Tálamo también cambia en respuesta a nuestras
palabras, pensamientos y sentimientos conscientes y los estudios demuestran que
la actividad del Tálamo es determinante en la manera en que percibimos la
realidad.
"Well, this is my first affair, please be kind
Handle my heart with care, please be kind…" Frank Sinatra
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