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11/11/2017

¿Cómo efectivizar el Aprendizaje? ¡Danzando!



Un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte demuestra que la participación en programas de danza ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades tales como la creatividad, la perseverancia y la disciplina, útiles no solo para mejorar sus estudios, sino sus mismas vidas.


Los participantes del estudio afirmaron que la danza les ayudó a desarrollar un sentido de comunidad, una manera saludable de expresarse y la posibilidad de contactar grupos diversos de personas. También reportaron que la danza despertaba más su creatividad a la hora de abordar la resolución de problemas en el aula. Además, el rigor y disciplina en la danza reflejaba perfectamente el rigor académico que enfrentaban en los estudios.

Según los investigadores, el siguiente paso será observar a más grupos y en otras artes como la música, con el objetivo de que los alumnos puedan desarrollar habilidades para incorporarlas en sus campos de interés de manera que mejoren sus resultados y su bienestar general.

Los sistemas de educación deberían apoyar la idea de complementar las artes con las asignaciones científicas. No se trata de entrenar bailarines o músicos profesionales, sino de capacitar a estudiantes sobre cómo ser más creativos y cómo trabajar mejor en grupo.

A esto hay que agregarle un elemento muy importante del Aprendizaje: todos los estudiantes que participaron en este estudio, estaban muy felices y sabemos que un cerebro feliz, un cerebro que se divierte, aprende mejor.

08/11/2017

La hora de Matemáticas: ¡¡¡Nooo!!!










No todos los estudiantes tienen la misma aptitud para las matemáticas. Para algunos, es algo natural pero para la mayoría (me incluyo), las matemáticas son a menudo un tema aburrido y temido. 












En mis talleres de Neuroeducación, siempre surge una inquietud sobre cómo combinar diversión con materias que de divertido no tienen nada. Por ejemplo, las Matemáticas.

Nosotros, apasionados educadores, debemos utilizar toda nuestra creatividad para obtener algunas técnicas diferentes e innovadoras que puedan ayudar al cerebro de nuestros alumnos a salir del “Modo Drama” - (“no puedo” – “no lo logro” – “es muy difícil para mí” – “soy bruto para esto”, etc.)

Recordemos que a nuestro cerebro le gusta contextualizar la información que recibe. Entonces…contextualicemos:

1. Apliquemos las matemáticas a los intereses de nuestros alumnos.
Si les gusta el fútbol, ​​podemos enseñarles a usar técnicas de cómo registrar las estadísticas de un partido o de un equipo, cómo calcular los promedios de los goles. Las posibilidades son infinitas. Si les gusta la moda, podemos a través de imágenes o videos de desfiles hacer una infinidad de cálculos (metros de tela utilizados, cantidad de modelos, turnos, accesorios, etc.)

2. Organicemos juegos
Organizar juegos siempre es una estrategia muy eficaz a la hora de enseñar (al cerebro le gusta aprender jugando – no importa la edad). Organicemos una búsqueda del tesoro utilizando las matemáticas. Podemos formar equipos en nuestra clase y hacer pistas con problemas matemáticos. Los equipos tendrán que resolver dichos problemas para lograr alcanzar el deseado tesoro. Es una competencia saludable que solidifica el trabajo grupal. (Inteligencia Emocional).

3. Involucremos a los padres
Pidamos a los padres que asignen a sus hijos tareas diarias y sencillas que involucren las matemáticas. Por ejemplo, calcular los gastos mensuales del hogar, el porcentaje de descuentos en tiendas, el consumo de gasolina, etc. Todas estas actividades ayudan a mantener el elemento matemático activo en el cerebro de los estudiantes de una manera divertida.

4. Utilicemos material en línea.
Internet es una parte inseparable de la vida de todos los estudiantes. Hay mucha información gratuita e innovadora para explicar conceptos que nuestros alumnos encuentran difíciles.

5. Compartamos historias sobre matemáticos famosos.
Descartes, Ptolomeo, Pitágoras, Newton, Arquímedes, Pascal, Russell, grandes pensadores que pueden despertar el interés de nuestros estudiantes en las matemáticas. Podemos pedirles a nuestros alumnos que investiguen por su cuenta tales historias y luego las compartan con sus compañeros en clase.

6. Estructuremos pruebas con errores.
Podemos pedir a los estudiantes que formen grupos y que cada grupo cree una prueba de matemática con algún cálculo errado. Los grupos pueden intercambiar la información y así competir para ver cuál de ellos termina primero la prueba. Incluso, hagamos que formulen preguntas incorrectas para que luego discutan entre ellos qué está equivocado en las preguntas. El desarrollo de preguntas ayuda a nuestros estudiantes a obtener una comprensión más profunda del tema.

Como educadores, podemos cambiar un tema aburrido y transformarlo en un desafío emocionante para nuestros estudiantes. Un poco de paciencia, pasión y creatividad es todo lo que necesitamos para que el recorrido del aprendizaje sea siempre interesante y apasionante para ellos y para nosotros.

Les aseguro que vale la pena.

05/11/2017

Creatividad: Un niño tan solo necesita para desarrollarla...



"La creatividad es la inteligencia divirtiéndose." 
Albert Einstein


- Comunicar
- Estar a contacto con la naturaleza
- Actividad física
- Expresar sus emociones libremente
- Escribir
- Dibujar
- Jugar
- Divertirse, divertirse, divertirse...

31/10/2017

Dopamina: clave para nuestro bienestar emocional



La Dopamina es un neurotransmisor que incide de manera directa en nuestro estado de ánimo, en nuestra concentración, en nuestra energía y en nuestro comportamiento.


Regula nuestras respuestas emocionales y nos da el impulso para seguir avanzando a pesar de las dificultades o frustraciones.

¿Podemos incrementar nuestros niveles de Dopamina de manera natural sin recurrir a la medicina?

La respuesta, según los neurocientíficos es: Sí.

Centrémonos en los pequeños logros.
Nuestro cerebro elabora Dopamina después que hemos cumplido una meta, pequeña o grande que ella haya sido.

Concentrémonos en lo que nos gusta.
Nuestro cerebro funciona más eficientemente cuando afronta cosas que lo apasionan.

Hagamos alguna actividad física.
El ejercicio físico baja los niveles de estrés ayudando a nuestro cerebro a ser más productivo.

Sigamos un cronograma.
A nuestro cerebro le gusta la disciplina. Organicemos y tratemos de cumplir nuestra agenda semanal.

Consumamos alimentos que contengan Tirosina.
La Tirosina es una aliada de la Dopamina. Carnes rojas, aves, bananas, almendras, té verde, melón, yogurt, café son algunos alimentos que la contienen.

Oigamos música.
Estudios demuestran que oír música eleva los niveles de Dopamina en nuestro cerebro.

Meditemos.
La Meditación calma a nuestro cerebro y lo ayuda a que produzca más Dopamina.

20/10/2017

El mentiroso: Cómo desenmascararlo…


Quien se agita, transpira o respira de manera irregular podría simplemente ser o estar nervioso. Así que tomemos esta lectura como un momento de diversión y distracción. Sin embargo, si notamos algunos de estos comportamientos, no estará de más considerarlos. Podrían ayudarnos a descubrir una mentira o peor aún, un mentiroso.

1) Sacude la cabeza
Si luego de formular una pregunta directa, observamos un movimiento de cabeza repentino, la cabeza hacia atrás o inclinada hacia abajo, doblada o girada hacia un lado, es posible que nos estén mintiendo. Esto generalmente sucede un instante antes de que la persona tenga que responder a una pregunta incómoda.

2) Cambia el ritmo de su respiración
Podría comenzar a respirar pesadamente, levantar los hombros y su voz se debilitarse. Se reduce la capacidad de respiración porque aumentan los latidos del corazón y por consecuencia el flujo sanguíneo.

3) Repite palabras o frases
Esto se debe a que intenta persuadirnos y convencerse a sí mismo. La repetición también es una forma de ganar tiempo para poder ordenar mejor los pensamientos. Cuando alguien no es honesto, a menudo intenta reducir la velocidad al responder para poder pensar qué decir después.

4) Instintivamente cubre las partes más vulnerables de su cuerpo
Esto podría incluir partes como la garganta, el tórax, el cuello, la cabeza o el abdomen. Esto tiene su origen primordial. Su cerebro capta la posibilidad de agresión y ordena proteger las partes más vulnerables de su cuerpo.

5) Se toca o se cubre su boca
La persona que está mintiendo, automáticamente pone sus manos sobre su boca ya que no quiere enfrentar o responder una pregunta. Eso puede significar también que no está diciendo toda la verdad o simplemente está ocultando información (que es la antesala de la mentira).

6) Arrastra sus pies
El arrastrar los pies nos dice que el mentiroso potencial se siente incómodo y nervioso y quisiera abandonar esa situación. Las piernas y los pies son las partes más largas de nuestro cuerpo, son parte activa en el lenguaje no verbal.

7) Da demasiada información
Cuando alguien se va por las ramas o nos da mucha información o muchos detalles que no hemos solicitado, existe una gran posibilidad de que no esté diciendo la verdad. El mentiroso habla mucho porque espera ser más creíble.

8) Tiende a señalar con el dedo
Si el mentiroso siente que está siendo descubierto en su mentira, se vuelve hostil y se pone a la defensiva, intentando girar la conversación en contra de nosotros señalándonos con frecuencia con su dedo índice.

9) Le cuesta modular
Esto se debe a que su cerebro disminuye la salivación en momentos estresantes, lo que naturalmente seca la boca. También tiende a morderse repentinamente sus labios o a contraerlos.

10) Nos mira fijamente sin parpadear
Cuando alguien miente, interrumpe el contacto visual, pero el mentiroso “profesional” se esfuerza por mantener el contacto visual en un intento de controlarnos y manipularnos (v. El Manipulador Emocional). Cuando una persona dice la verdad de vez en cuando mira a su alrededor e incluso a veces puede apartar la vista de su interlocutor.

11) Comienza a sudar
Cuando una persona miente, tiende a ponerse nerviosa y a sentirse incómoda. Eso genera sudoración. Podríamos observar gotas de sudor en el labio superior de su boca o en su frente.

12) Se agita
Algunas personas no pueden estar quietas; otras solo se agitan cuando se ponen nerviosas. Si la persona con la que estamos hablando siempre tiende a moverse mucho o tiene una buena razón para estar preocupado, entonces no nos preocupemos por la agitación. El agitarse también puede ser una señal de que alguien es un mentiroso inexperto que no es capaz de controlar sus propios nervios o que algo malo que está a punto de suceder.

01/10/2017

Comunicar con seres maravillosos: Los niños…



"Más importante de lo “qué” decimos es “cómo” lo decimos."


1.      Cuando hablemos, coloquémonos a su altura y tratemos de que nos mire a los ojos. Así lograremos su atención. No olvidemos dirigirnos a él siempre con respeto.

2.      Más que decirlo, mostrarlo. El ejemplo práctico es interpretado por el cerebro del niño más rápidamente.

3.      Menos es más. Cuantas menos palabras utilicemos, mejor. El cerebro de un niño es capaz de prestar atención solo por cortos periodos de tiempo.

4.      Lo escrito funciona. El cerebro de un niño cuando lee contextualiza y procesa mejor la información. Dejarle una breve nota para recomendarle (nunca ordenarle) lo que debe hacer es una muy eficiente opción.

5.      Paciencia. Cada cerebro es distinto y necesita su tiempo para procesar la información que está recibiendo. La importancia de las pausas y del silencio en la comunicación.

6.      Seccionar. Una recomendación (nunca una orden) a la vez y lo más específica posible. El cerebro de un niño fácilmente divaga y se distrae. (afortunados ellos…)

7.      Involucrar. Al cerebro le gusta sentirse partícipe, se siente valorado e integrado, su autoestima aumenta y su interés en cumplir con las tareas que se le han asignado será mucho más intenso.

Muchas veces, cuando el niño no nos está prestando atención es porque nosotros no nos estamos dirigiendo hacia él de la manera correcta. 

07/09/2017

La rutina: la enemiga del cerebro…



La rutina adormece el cerebro. Dependiendo de nuestra edad, nuestro cerebro tiene una cantidad limitada de tiempo para mantenerse enfocado y atento. Una limitante que debemos superar a la hora de enseñar, aprender y vivir en sociedad.

Para comunicar, aprender, conectar, memorizar y recuperar información, debemos estar despiertos y enfocados.

Cerebros emocionados Cerebros atentos

La emoción positiva del cerebro es fundamental para el continuo desarrollo social, emocional y cognitivo en la vida de las personas. La novedad y la tranquilidad son instrumentos para la salud del cerebro facilitando la adquisición de conocimientos y el desarrollo de una inteligencia interpersonal, clave para nuestra vida.

Los siguientes divertidos ejercicios, a través de la novedad y la diversión, pueden crear la curiosidad que nuestros cerebros necesitan. Son pensados para el ámbito escolar mas podemos utilizarlos en cualquier contexto, con nuestros amigos, padres, parejas.

1. Describe tu comida favorita a tu compañera/o durante 30 segundos usando sólo adjetivos. Después de adivinar, que ella/él describa su lugar favorito con adjetivos, tú adivinas.
2. Escribe tu nombre en un pedazo de papel primero con los ojos cerrados, y luego usando la mano opuesta. Comparen y compartan las diferencias.
3. Te aguarda un paseo en una alfombra mágica. Esta alfombra te llevará a los lugares o personas más importantes en tu vida. ¿Qué lugares? ¿Qué personas? ¿Qué hace que este paseo sea tan significativo?
4. Durante 30 segundos, cuenta tan rápido como puedas, reemplazando cada tercer número por la palabra "pop". Entonces tu pareja comienza a contar reemplazando cada sexto número por la palabra "pin".
5. Coloca todos los zapatos en fila. Tendrás que tratar de caminar con esos zapatos y describir lo que sientes.  

16/08/2017

Un buen educador: ¿más cerebro o más corazón?


“Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos.” Carl Gustav Jung 


Todos sabemos o suponemos saber qué hay dentro de un cerebro de un buen educador. Horas, días, semanas, meses, años de estudio, de lecturas, de trabajos. Paredes llenas de títulos, honores, premios, cursos, posgrados, especializaciones.

¿Cuántos pero realmente sabemos qué hay dentro de un corazón de un buen educador?

Gentileza. Un buen educador demuestra gentileza, amabilidad hacia sus estudiantes, colegas, padres y todos los que lo rodean.
Compasión. Enseñar se basa en el contacto humano y la compasión es el sentimiento más elevado que un educador pueda mostrar. El comprender y el preocuparse por el otro, sin prejuicios, sin distinciones.
Empatía. Desarrollar empatía es muy importante sea para el educador que para sus educandos. Analizar una situación desde la perspectiva del otro es una poderosa herramienta de comunicación.
Positivismo. Ser y mantenerse positivos ante cualquier avenencia es para un educador un reto cotidiano. Solo los mejores lo logran. Ver y hacer ver las cosas siempre del lado brillante es determinante en la calidad de la educación.
Deseo de construir. Un buen educador construye relaciones, cierra brechas. Se esfuerza en mejorar las cosas en el aula y fuera del aula.
Inspiración. Un buen educador hace que sus estudiantes, sus colegas y todas las personas que lo rodean, quieran ser mejores cada vez.

24/04/2017

Escuela: Padres participativos, aprendizajes efectivos…


En la medida en que los niños pasan de la primaria a la secundaria, la presencia de los padres en las escuelas disminuye cada vez más. 













En la secundaria, los padres visitan a los profesores de sus hijos solamente si hay algún serio problema de conducta o de calificaciones. A veces ni siquiera se molestan en trasladarse hasta la escuela, comunican con los profesores por email…

…“Los padres hoy en día están <demasiado ocupados> para <perder> tiempo en una conversación con los profesores de sus hijos…”

La mayor parte de los padres piensan que todo lo que tenga que ver con educación es responsabilidad de la escuela y de los profesores. Si el alumno obtiene bajas calificaciones o tiene problemas de conducta, es culpa de los profesores.

Así es como las escuelas se convirtieron en <depósitos> en donde los padres dejan a sus hijos por unas horas, mientras se dedican a sus labores (o placeres) cotidianos.

Un mecanismo para lograr reunirse con los padres (sin que ellos lo sientan como una obligación) podría ser organizar, mensualmente, un encuentro en el aula fuera de las horas de clases, con bebidas (no alcohólicas, por favor) y algo para “picar”. Eso le dará un tono de informalidad al encuentro.

Recordemos que al cerebro le gusta divertirse (incluso el de los padres).

De esa manera, a través de placenteras e informales conversaciones, nosotros educadores podemos tener una panorámica más clara y precisa de la situación familiar de cada alumno para así poder consolidar aún más nuestra relación con ellos.

“Para comprender la mente de un alumno, debemos conocer las mentes de sus padres.”

Si logramos establecer una relación empática, de confianza, de estima mutua con los padres, tendremos unos invalorables aliados en nuestro trabajo como educadores.

“Los padres son parte fundamental en el proceso de aprendizaje de los niños.”

20/04/2017

Padres Simpáticos. Padres Empáticos.

Muchos padres nos esforzamos por ser simpáticos con nuestros hijos, cosa que es muy importante porque el humor y la diversión son fundamentales para crear un ambiente sano en el hogar pero, a la hora de ser empáticos, las cosas se vuelven confusas.






La observación y la curiosidad son, para mí, la base del Aprendizaje. Observar con atención todo lo que ocurre a nuestro alrededor y preguntarnos el porqué de las cosas, nos aleja de la gran limitadora de nuestras vidas: La ignorancia (del latín ignōrāre: "el no saber").

Muchos padres nos esforzamos por ser simpáticos con nuestros hijos, cosa que es muy importante porque el humor y la diversión son fundamentales para crear un ambiente sano en el hogar pero, a la hora de ser empáticos, las cosas se vuelven confusas.

Los Padres somos los puntos de referencia más sólidos con los cuales cuentan nuestros niños. Eso nos delega una gran responsabilidad y nos obliga a tener claros los conceptos, para así poder transmitirlos de manera efectiva para que nuestros niños desarrollen una buena Inteligencia Emocional.

Empatía y Simpatía (como Apatía y Antipatía) poseen la misma raíz griega ‘pathos’ que significa sentir, pero tienen significados muy diferentes.

Simpatía significa “inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua”.
Empatía significa “identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro”.
(R.A.E.)

Nos sentimos cercanos afectivamente a nuestros hijos, estamos genéticamente preparados para ello, tendemos a darles consejos, a minimizar lo que a ellos les afecta, buscamos justificaciones y atenuantes a todo lo que les sucede pero, casi siempre, desde nuestro punto de vista. No vamos más allá tratando de interpretar las cosas desde la realidad de ellos.

La Empatía es una de las Inteligencias Interpersonales más complejas de adquirir. Aunque hay personas que tienen una capacidad innata para establecer empatía con las demás, es una habilidad que se puede ir adquiriendo con la práctica.  

Frente a un dolor o una dificultad del niño, el padre empático se centra en que su hijo necesita ayuda, intenta entender y comprender las emociones de su hijo sin identificarse con ellas y sin compartir su forma de ver las cosas. No se deja llevar por los sentimientos de su hijo, no busca soluciones, no da consejos.

Los niños que tienen padres empáticos establecen mejores relaciones interpersonales.

Tanto la Empatía como la Simpatía son adecuadas y necesarias y pueden utilizarse separadamente, mientras conozcamos muy bien las diferencias.

30/03/2017

La lectura en los niños: “Trucos” para incentivarla…








Como docentes debemos enfrentarnos constantemente a la pereza del cerebro de nuestros estudiantes (y la del nuestro también…) e incentivar el interés por la lectura por placer, por diversión, por entretenimiento.












Diferentes estudios demuestran que la lectura por placer es un buen catalizador para obtener logros académicos. Sin embargo, cada vez que evocamos la lectura de un libro, obtenemos de nuestros estudiantes casi siempre la misma reacción: Gemidos de desesperación que demuestran el gran desinterés que hay por la lectura y como la misma se suma a la lista de tareas tediosas, en una clase tediosa, con un profesor tedioso, en una escuela tediosa.

Como docentes debemos enfrentarnos constantemente a la pereza del cerebro de nuestros estudiantes (y la del nuestro también…) e incentivar el interés por la lectura por placer, por diversión, por entretenimiento.

En mi taller de Neuroeducación hablo sobre la formación en las aulas de “Clubes de Lectura” para incentivar esta maravillosa actividad tan benéfica para el cerebro pero, y en el hogar, ¿qué sucede?

Recordemos que para una efectiva formación y educación, necesitamos tres integrantes:

Padres - Alumno – Educador

Los buenos padres, atentos a este tema, pueden optar por unos sutiles “truquitos” para incentivar, indirectamente, la lectura en sus niños sin que ellos la sientan como una imposición. (Recordemos que al Cerebro no le gustan las órdenes).

¿Cómo podemos “engañar” a estas pequeñas y maravillosas personas que son los niños?

1 | Hagamos que nuestros hijos nos vean leyendo. Recordemos que, los niños copian e imitan todos los comportamientos de sus padres. Son como mimos. Dejemos que nos vean leyendo a menudo. Hablemos con ellos sobre el libro que estamos leyendo. Digámosles los motivos por los cuales leemos. Si ellos ven a sus padres leyendo diariamente, creerán que leer todos los días es parte de la rutina.

2 | No los presionemos. Tenemos que lograr que lleguen a amar la lectura y no a detestarla. Tenemos que movernos con mucho tacto para evitar resistencias o frustraciones. Seamos pacientes.

3 | Leamos con ellos cada día. Cada noche antes de dormir, en cada momento libre en el fin de semana. Libros que ellos hayan elegido. Nuestra constancia y entusiasmo dará sus frutos, no tengamos dudas.

4 | Vayamos con ellos a bibliotecas o librerías. Son lugares mágicos que disparan emociones positivas en el cerebro de los niños. Estar rodeados de tantos libros, despertará en ellos curiosidad por ese mundo. Dejemos que toquen los libros, que sientan sus texturas, que observen sus imágenes, sus colores. Permitamos que ellos elijan el libro para comprar. Funciona, créanme.

5 | Consigamos libros simples e interesantes para ellos. Tengamos presente que nuestro primer objetivo es lograr que amen la lectura. Más adelante, si lo logramos, vendrán lecturas más profundas y sofisticadas.

6 | A la cama libros, solo libros. ¡Nada de iPod, Tabletas, Smartphones, PlayStations, etc.! Tratemos que nuestros hijos finalicen el día con un libro. Verlos en la cama, hojeando un libro será nuestro mayor premio. Se los aseguro.

7 | Hagamos tiempo para la lectura. Quitemos tiempo al televisor para dárselo al libro.

Si lo logramos, nunca más oiremos la fatídica frase: “¡Mamá, estoy aburrido!”.
  

28/03/2017

El Silencio Absoluto: Un eficiente colaborador para nuestro Cerebro…








Nuestro Cerebro es bombardeado cada día con tanto ruido que cada vez le es más complicado encontrar un momento de silencio y al hacerlo, experimenta una sensación de abismo e incomodidad.














A través del oído, nuestro Cerebro absorbe estímulos auditivos alarmantes: Motores, bullicio, músicas estridentes, sirenas, timbres, alarmas, tráfico. Esto incide negativamente en nuestro estado emocional y en los procesos de regeneramiento neuronal (v. Neurogénesis) de nuestro Cerebro que necesita del silencio para llevarlos a cabo.

Dos horas al día de Silencio Absoluto pueden producir un crecimiento del número de células dentro del Hipocampo, la región de nuestro Cerebro que regula las Emociones, la Memoria y el Aprendizaje.

Sabemos que el Cerebro nunca descansa, incluso cuando estamos completamente quietos o dormidos. Nuestro maravilloso órgano sigue funcionando, pero de una manera diferente, desarrollando procesos que complementan los que él realiza cuando estamos despiertos y activos.

El silencio es para nuestro Cerebro una especie de “depurador” a través del cual evalúa la información y las experiencias a las que hemos estado expuestos a lo largo del día; luego organiza e integra la información relevante y desecha la que no es importante. Este proceso es completamente inconsciente, pero produce efectos conscientes. 

Estar en completo silencio es interpretado por nuestro Cerebro igual que el dormir o descansar. La ausencia absoluta de estímulos auditivos tiene casi el mismo efecto que el descanso.

El silencio nos ayuda a depurar las emociones y nos vuelve más inteligentes, creativos y seguros. 

Una investigación que se realizó en Estados Unidos, constató que las personas que viven cerca de los aeropuertos mantienen un elevado nivel de estrés, tienen una presión arterial más alta y presentan altos índices de cortisol, la hormona del estrés.

Por el contrario, las buenas noticias nos llegan de Italia. La Università di Pavia, corroboró que tan solo dos minutos de Silencio Absoluto son más enriquecedores que escuchar música relajante. Después de este breve momento de silencio, la presión sanguínea disminuye y nos sentimos más despiertos y tranquilos.

El silencio produce grandes beneficios tanto intelectuales como emocionales.

Lograr mantenernos en Silencio Absoluto por pequeños lapsos cada día, puede ser un factor determinante para mejorar nuestra salud emocional y nuestra calidad de vida.

Así que... a callarse un rato…

20/03/2017

Frases Poderosas...

Una simple frase o pregunta, dicha de forma consciente y en el momento adecuado, consigue generar conexiones positivas en nuestro cerebro y saca a relucir lo mejor que tenemos como personas; esas cualidades que, como seres humanos, nos hacen únicos y especiales.

“Sé que sabrás hacerlo”
“Creo en ti”
“No dudo que lo conseguirás”
“Lo vas a lograr”
“¿Por qué no pruebas?”
“¿Te atreves a probar?”
“¿Y si lo intentamos juntos?”
“¿Te animas a hacerlo?”
“Me encanta cómo haces esto”
“¿Y si tratas de verlo de otra forma?”
“¿Cómo crees que otras personas opinarían?”
“¿Mañana volverías a pensar lo mismo?”
“¡Cuánto te has esforzado!”
“Te aplicaste mucho en el trabajo de grupo”
“Has trabajado duro en ello”
“Puedes estar orgulloso de cómo te has esforzado”
“Sé cómo te sientes…”
“Veo que estás muy feliz”
“Veo que eso no te ha gustado”
“Me parece que estás enfadado”
“Me importa tu opinión, ¿qué piensas sobre esto?”

Algunas frases tienen el poder de reconfortar y hacernos sentir capaces de cualquier cosa; fortalecen nuestra confianza y nuestra autoestima. Este tipo de expresiones son importantísimas no solo durante la infancia y la adolescencia, que es el momento en que se está forjando la personalidad, sino durante toda nuestra vida. El problema que desafortunadamente en la medida que crecemos, cada vez oímos menos frases reconfortantes dichas con honestidad desde el corazón.

¿Motivo? Ese es otro tema…

Cuando hablamos desde el corazón con frases sinceras, nuestro cerebro se llena de energía. “Él” necesita saber que confiamos y que creemos en sus capacidades de crecer y resolver problemas.
Frases o preguntas oportunas (yo prefiero llamarlas “poderosas”), pueden ayudarnos a encontrar y desarrollar elementos que aportaran beneficios a nuestro equilibrio emocional y por ende, a nuestro bienestar.

Autoestima: Una parte importante en la construcción de la autoestima es la interacción con otras personas. Desde pequeños empezamos a relacionarnos y a medirnos. Las comparaciones aunque negativas, son inevitables por eso es muy importante que alguien nos recuerde de vez en cuando (Y a toda edad…), que cada uno de nosotros es único y especial.

Visión: Tendemos a ofuscarnos en nuestros propios pensamientos y opiniones y nos resulta difícil ver las cosas desde otro punto de vista. De tal manera que es muy importante disponer de alguien que nos empuje a pensar de forma distinta y que nos abra nuestra mente.

Motivación: La verdadera Motivación (La intrínseca) se basa en el recorrido y no en la meta. Todos necesitamos sentir que nuestros esfuerzos y no solo los logros que alcanzamos son reconocidos. Por eso, cuando destacamos la dedicación, el esfuerzo por encima del resultado, fortalecemos esos comportamientos y esas actitudes positivas.

Emociones: Necesitamos aprender un vocabulario emocional que nos permita entender lo que estamos sintiendo y poner voz a nuestras emociones. Solo así lograremos identificar nuestros sentimientos para luego compartirlos. Desde los primeros años podemos acompañar esas emociones, es decir, desarrollar la capacidad de pronunciar en voz alta cómo creemos que nos sentimos. Ese vocabulario será un gran amigo que nos acompañará durante toda nuestra vida.

Opiniones: Cuando sentimos que dan valor a nuestras opiniones, nos sentimos reconfortados y satisfechos. Nuestros pensamientos son importantes y cada uno de nosotros tiene su propia forma de pensar (Mapas Mentales).

Todo esto se traduce en una mejor y más sana convivencia: nos volvemos más receptivos y tolerantes, elementos básicos para promover diálogos constructivos y beneficiosos para todos.
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