Aprender a
escuchar y hablar es extremadamente importante para ampliar el conocimiento,
mejorar la comprensión y construir el concepto de comunidad entre nuestros
alumnos.
1. Tengamos
interacciones con nuestros alumnos, de uno a dos minutos, uno a uno, unas
cuantas veces por semana. Compartamos información acerca de nosotros mismos y
mostremos interés haciéndoles preguntas sobre sus intereses.
2.
Incluyamos el lenguaje no verbal y paraverbal que reforcemos la sensación de lo
que estamos oyendo nos interesa.
3.
Identifiquemos y modifiquemos los comentarios dolorosos. Si el estudiante no
parece estar consciente, propongamos una respuesta alternativa y luego pidamos al
estudiante que piense en otras alternativas.
4. Formulemos
preguntas abiertas que estimulan la discusión y pueden ser una manera muy
poderosa de reforzar el concepto de que hay diferentes puntos de vista sobre un
tema que pueden ser igualmente válidos.
5. Trasmitamos
a nuestros estudiantes que antes del "saber" está el
"pensar". Enseñémosles cómo preguntarse en voz alta, cómo especular, cómo
adivinar o cómo dar la mejor respuesta que puedan.
6. Antes de
comenzar la clase, preguntemos a los estudiantes acerca de sus otras clases,
qué piensan sobre un evento actual, un estreno de cine o cómo se sienten acerca
del resultado de un juego.
7. Cuando
un estudiante está hablando en clase y nosotros estamos escuchando, incluyamos
el contacto visual, dirigiendo alternativamente nuestra mirada hacia otros estudiantes.
Esto hará que el orador redirija su conversación hacia sus compañeros así sus
compañeros se involucrarán en la charla.
8. Utilicemos
un objeto como señal para establecer turnos en las conversaciones. Los
estudiantes podrán hablar solo cuando tengan el objeto, mientras que los otros
escucharán atentamente y pacientemente esperarán su turno.
9.
Trabajemos constantemente en el desarrollo de la Empatía.
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