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13/03/2017

¿Manejamos nuestra imagen o nuestra imagen nos maneja?


“Todos estamos inmersos en un manejo constante de nuestra imagen ante el resto del mundo.”


Ervin Goffman
















Cada vez que encontramos a un amigo o conocido lo primero que nos dice es que su vida es fenomenal, maravillosa…

Las redes sociales lo demuestran y son las que más han contribuido a fortalecer este comportamiento: Fotos, imágenes, perfiles, comentarios, todo parece indicar que el Mundo en que vivimos es la “Isla de la Fantasía”.

En mi blog publiqué un post titulado “El Optimismo Obligado” (08/02/2017) en donde me refiero a la imperiosa necesidad hoy día de “estar bien” y “ser feliz” a toda costa y de divulgarlo en todas las maneras posibles: Conversaciones, redes sociales, encuentros casuales, laborales, etc.

En La presentación de la persona en la vida cotidiana, Goffman expone su “Teoría de la Acción Social”, en donde habla de la creación de la personalidad humana por medio de su interacción con el entorno y afirma que una buena parte de la conducta de cada persona depende de sus relaciones con los demás. Esta interacción que cada individuo realiza con su entorno, lo empuja a buscar la definición de cada situación con el objetivo de lograr el “control” de la misma. De esta manera intentamos (no siempre exitosamente) manipular las impresiones y opiniones que los demás se forman de nosotros.

Nosotros no somos otra cosa que actores interpretando nuestro papel delante de un auditorio, que es la sociedad. Todos tratamos siempre de proyectar una imagen favorable y positiva. 

Constantemente buscamos gustar, agradar, simpatizar, lograr que nos odien o que nos envidien. Al hacerlo, lo que realmente buscamos es crear impresiones que pensamos, puedan ser beneficiosas para nosotros. Nos preocupamos por demostrar que cumplimos con los parámetros esenciales de la sociedad para poder ser juzgados positivamente por los demás.

Cada individuo maneja sus relaciones acompañándose de la imagen pública que desea proyectar a sus potenciales interlocutores.

Queremos constantemente gustar y caer bien. Para ello, creamos y proyectamos una imagen que consideramos corresponde a lo mejor de nosotros. De esta forma buscamos obtener beneficios, un buen acomodo social y nuestro tan anhelado lugar en el mundo.

Sin embargo, estas representaciones no corresponden a nuestra identidad real, sino a la soñada, querida o deseada. Eso hace que de alguna manera, vivamos en una peligrosa dualidad que nos comporta un gran esfuerzo mantener y no confundir.

Somos relacionistas públicos de nosotros mismos, con una elaborada campaña de mercadeo para mostrar a los demás “lo mejor” de nosotros.

Esta tendencia está reforzada por una pseudocultura que nos llega de nuestros “primos del Norte”, que afirma que el Mundo se divide entre “ganadores” y “perdedores”. 

El error, el equivocarse, el fracasar, por ende el sentirse mal, desanimado, triste, está mal visto. Hay que evitarlo a toda costa y si nos sucede, no debemos manifestarlo ni comunicarlo ya que si lo hacemos, proyectamos la imagen de “débiles” y “perdedores”.

¿Por qué será entonces que a pesar que millones de personas compartimos en las redes sociales nuestros perfiles victoriosos, felices y satisfechos, en el Mundo siguen aumentando los consumos de alcohol, de drogas, de psicofármacos, los suicidios y la depresión? 

08/03/2017

Multitarea vs. Monotarea...




La multitarea es menos productiva que la monotarea

Un estudio realizado en la Universidad de Stanford encontró que la “multitarea” es menos productiva que la “monotarea”. Las personas que manejan durante su trabajo varios flujos de información, son menos eficientes que las que completan una tarea a la vez.

A pesar que hoy en día se piensa que es un don especial, el estudio demostró que los trabajadores que abusan de la multitarea arrojan peores resultados que aquellos que les gusta hacer una sola cosa a la vez. 

Los multitareas tienen más problemas para organizar sus pensamientos y filtrar la información irrelevante, y son más lentos al cambiar de una tarea a otra.

La multitarea reduce nuestra eficiencia y rendimiento porque el cerebro solo puede centrarse en una sola cosa a la vez. Nuestro cerebro carece de la capacidad de realizar varias tareas simultáneamente con elevada eficiencia.

La investigación también demuestra que la multitarea disminuye nuestro Cociente Intelectual (CI). Realizar tareas múltiples disminuye nuestro CI a niveles similares del de personas que han permanecido despiertos toda la noche.

Cosas tan simples como enviar mensajes de texto mientras vemos la televisión, hacen que disminuya la densidad de nuestro cerebro en el córtex del cíngulo anterior, una región responsable de la empatía, así como el control cognitivo y emocional. 

Si bien se necesita más investigación para determinar si la multitarea daña físicamente al cerebro, está claro que sus efectos son negativos.

Jugar con el teléfono o tableta durante una conversación, en una reunión u en otros entornos sociales, indica baja conciencia social y baja conciencia de uno mismo, dos habilidades de inteligencia emocional que son fundamentales para el éxito social y laboral.


A pesar de que todos somos propensos a la multitarea, deberíamos esforzarnos a limitarla ya que en realidad lo único que hace es frenar y disminuir nuestra capacidad de atención, concentración y organización, afectando nuestra calidad de vida.

06/03/2017

Effort or Result?






Talent is natural or it can be developed?







To develop high performer students, praising effort achieves way more than praising results. If we do it the right way, praise can be incredibly motivating, encouraging, inspiring. However, if we take the wrong approach praising can actually have the opposite effect.

The difference lies in whether we assume student’s skills as an innate ability or the result of hard work and effort.

Here we arrive to the one million dollar question.

Talent is natural or it can be developed?

According to researches, there are two approaches to talent:

1.      The belief that intelligence, ability, and skills are inborn and relatively fixed (we "have" what we were born with).
2.      The belief that intelligence, ability, and skills can be developed through effort (we "are" what we work to become).

The difference lies on how we praise our students.

When we praise students for their achievements or when we criticize them, we face the first approach. Students come to see every mistake as a failure. No immediate results means failure. They can lose motivation and even stop trying.

When we praise students for their effort and application, we face the second approach. We help to create an environment where students feel anything is possible, as long as they keep working to improve.

Let us replace "You are really smart” for "I have faith in you” or “You are a hard worker”, “I have never seen you give up”, “I know you will get this".

The best way to improve students’ performance is to create and foster a growth mindset. They will also be more willing to take more risks.

When they understand that failure is just a step on the road to eventual achievement, risks are no longer something to avoid.

Risks and failures will be expected steps on the way to learn.

La Cultura: El mejor antidepresivo



“La belleza salvará al mundo” 
Fiódor Dostoyevski

Participar en actividades culturales repercute positivamente en nuestra salud mental y emocional, disminuyendo el riesgo de sufrir depresión.


Consumir cultura produce disfrute emocional, necesario para nuestro bienestar mental y anímico.

Una reciente investigación ha demostrado que aquellas personas que regularmente leen, visitan museos, van al teatro y que, en general, dedican parte de su tiempo libre al consumo de cultura, son más felices, gozan de mejor salud mental y tienen menor riesgo de sufrir depresión que aquellos que no lo hacen.

A mayor participación cultural, mayores serán los beneficios sobre nuestra salud mental y emocional.

Sumergirse en los trazos de una pintura, en una lectura, visitar museos, escuchar música, ver películas, ir al teatro, participar en talleres o charlas, viajar y conocer otras culturas, son actividades que solamente nos regalarán felicidad, serenidad, conexión con el mundo, paz interior, bienestar emocional.

Las actividades culturales desencadenan emociones positivas, tan necesarias para afrontar de mejor manera nuestra cotidianeidad.

01/03/2017

Las personas con elevada Atención Plena…






Según el Budismo, la vida es mejor cuando vivimos en el Ahora.

Más fácil decirlo que hacerlo…





Es difícil mantenernos enfocados en el Ahora con nuestras mentes en constante estado de agitación y preocupación.

Nuestra vida diaria tiene un montón de pequeñas (y grandes) tensiones que aparecen y reaparecen en nuestra mente todo el tiempo. Sin embargo, si queremos vivir una vida más significativa y saludable, necesitamos aprender a apreciar el momento presente. No siempre es fácil, pero si practicamos las técnicas correctas, adquiriremos el hábito de vivir más en el Ahora.

La Neurociencia ha analizado los hábitos de vida de personas con una elevada Atención Plena.

1) Están más enfocados y conscientes
No es ningún secreto que nuestros cerebros son complejos. Procesamos miles y miles de pensamientos al día que, por supuesto, nos distraen constantemente. Sin embargo, también tenemos la capacidad de concentrarnos y enfocarnos. La Atención Plena no es otra cosa que el estar conscientes de lo que está sucediendo en nuestro momento presente. Durante el día, cada vez que podamos, concentrémonos conscientemente en nuestras sensaciones y en lo que está sucediendo alrededor nuestro.
La Neurociencia afirma que tenemos dos redes en nuestros cerebros. La Red Predeterminada, que utiliza nuestra mente y nuestra imaginación y la Red de Experiencia Directa, que se activa cuando nos centramos en nuestra experiencia sensorial. Si practicamos la activación de nuestra Red de Experiencia Directa, comenzaremos a vivir más en el Presente.

2) Se mueven lentamente y hacen una tarea a la vez
Muchos de nosotros estamos muy ocupados y tratamos de hacer demasiadas cosas a la vez (Multitareas). De esta manera, nos perdemos en nuestras mentes y nuestra calidad de trabajo disminuye.
Si queremos calmar nuestra mente, puede ayudarnos el movernos más lentamente y concentrarnos en una tarea a la vez. Incluso las tareas más simples de nuestra cotidianeidad, vamos a tratar de hacerlas lentamente, una a la vez, concentrados solamente en nuestros movimientos. Puede parecer una ejercicio insignificante, pero nos tranquilizará y nos permitirá experimentar las maravillas de lo que está sucediendo alrededor nuestro.

3) Practican la meditación
Durante 5 minutos al día, simplemente enfoquemos nuestra atención en la respiración, sin intentar cambiarla. Analicemos las sensaciones en nuestra garganta, boca y pecho. Cuando surjan pensamientos de distracción, suavemente retornemos el enfoque a nuestra respiración.

4) Reflexionan todos los días
Al final de cada día, tomemos unos minutos para reflexionar sobre cómo hemos pasado nuestra jornada. ¿Qué nos ha impedido el vivir el ahora? ¿Qué relatos nos hemos creado para justificarnos? ¿Cómo podemos ser más amables con nosotros mismos y los demás? Esto es útil para despejar nuestra mente y así resolver cómo podemos vivir mejor el Presente.

5) Ven a todo y a todos como Maestros
Cuando nos sentimos frustrados, dolidos, enojados con alguien o con algo, detengámonos y tratemos de ver esos momentos como si fueran nuestros Maestros. ¿Qué podemos aprender de ellos? ¿Qué podemos obtener dejándolos ir?

Vivir en el momento presente puede parecer difícil, pero si logramos una disciplina, un hábito en la práctica de la Atención Plena, lograremos disfrutar mucho más el tiempo viviendo en el Ahora, que atascados en el Pasado o en el Futuro.



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