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30/03/2017

La lectura en los niños: “Trucos” para incentivarla…








Como docentes debemos enfrentarnos constantemente a la pereza del cerebro de nuestros estudiantes (y la del nuestro también…) e incentivar el interés por la lectura por placer, por diversión, por entretenimiento.












Diferentes estudios demuestran que la lectura por placer es un buen catalizador para obtener logros académicos. Sin embargo, cada vez que evocamos la lectura de un libro, obtenemos de nuestros estudiantes casi siempre la misma reacción: Gemidos de desesperación que demuestran el gran desinterés que hay por la lectura y como la misma se suma a la lista de tareas tediosas, en una clase tediosa, con un profesor tedioso, en una escuela tediosa.

Como docentes debemos enfrentarnos constantemente a la pereza del cerebro de nuestros estudiantes (y la del nuestro también…) e incentivar el interés por la lectura por placer, por diversión, por entretenimiento.

En mi taller de Neuroeducación hablo sobre la formación en las aulas de “Clubes de Lectura” para incentivar esta maravillosa actividad tan benéfica para el cerebro pero, y en el hogar, ¿qué sucede?

Recordemos que para una efectiva formación y educación, necesitamos tres integrantes:

Padres - Alumno – Educador

Los buenos padres, atentos a este tema, pueden optar por unos sutiles “truquitos” para incentivar, indirectamente, la lectura en sus niños sin que ellos la sientan como una imposición. (Recordemos que al Cerebro no le gustan las órdenes).

¿Cómo podemos “engañar” a estas pequeñas y maravillosas personas que son los niños?

1 | Hagamos que nuestros hijos nos vean leyendo. Recordemos que, los niños copian e imitan todos los comportamientos de sus padres. Son como mimos. Dejemos que nos vean leyendo a menudo. Hablemos con ellos sobre el libro que estamos leyendo. Digámosles los motivos por los cuales leemos. Si ellos ven a sus padres leyendo diariamente, creerán que leer todos los días es parte de la rutina.

2 | No los presionemos. Tenemos que lograr que lleguen a amar la lectura y no a detestarla. Tenemos que movernos con mucho tacto para evitar resistencias o frustraciones. Seamos pacientes.

3 | Leamos con ellos cada día. Cada noche antes de dormir, en cada momento libre en el fin de semana. Libros que ellos hayan elegido. Nuestra constancia y entusiasmo dará sus frutos, no tengamos dudas.

4 | Vayamos con ellos a bibliotecas o librerías. Son lugares mágicos que disparan emociones positivas en el cerebro de los niños. Estar rodeados de tantos libros, despertará en ellos curiosidad por ese mundo. Dejemos que toquen los libros, que sientan sus texturas, que observen sus imágenes, sus colores. Permitamos que ellos elijan el libro para comprar. Funciona, créanme.

5 | Consigamos libros simples e interesantes para ellos. Tengamos presente que nuestro primer objetivo es lograr que amen la lectura. Más adelante, si lo logramos, vendrán lecturas más profundas y sofisticadas.

6 | A la cama libros, solo libros. ¡Nada de iPod, Tabletas, Smartphones, PlayStations, etc.! Tratemos que nuestros hijos finalicen el día con un libro. Verlos en la cama, hojeando un libro será nuestro mayor premio. Se los aseguro.

7 | Hagamos tiempo para la lectura. Quitemos tiempo al televisor para dárselo al libro.

Si lo logramos, nunca más oiremos la fatídica frase: “¡Mamá, estoy aburrido!”.
  

29/03/2017

Las 3 “I”: Internet, Inglés, Instrucción. Un rebuzno de asno…

Umberto Eco (1932 - 2016)

El 22 de febrero de 2016, con motivo del fallecimiento de Umberto Eco, publiqué un post (en italiano) que hablaba de la importancia de la figura del profesor. Hoy me permito publicarlo nuevamente pero en español.

Un estudiante, para provocar a un profesor, le preguntó: "Disculpe Profe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?"

Con la aparición de Internet, de la televisión, de la radio y del cine, gran parte de estas informaciones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar.

Entonces, ¿de qué sirven hoy los profesores?

Sabemos que un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y más datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende dentro de la escuela y lo que ocurre fuera de ella.

La televisión, por ejemplo, nos informa lo que ocurre en Irak, pero por qué algo ocurre siempre en esa región, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede aclarar un profesor.

Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas pero en el aula se debe saber discutir la manera en la que las transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparece en diarios, revistas y televisión sin olvidar siempre verificar el origen y la veracidad de todo acontecimiento.

La información que Internet pone a nuestra disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone un profesor, pero Internet no nos dice cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información.

Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no, es un arte muy sutil.

Para eso sirve un profesor.

“Si no es así, las tres I: Internet, Inglés e Instrucción seguirán siendo solamente la primera parte de un rebuzno de asno que no asciende al cielo.”

28/03/2017

El Silencio Absoluto: Un eficiente colaborador para nuestro Cerebro…








Nuestro Cerebro es bombardeado cada día con tanto ruido que cada vez le es más complicado encontrar un momento de silencio y al hacerlo, experimenta una sensación de abismo e incomodidad.














A través del oído, nuestro Cerebro absorbe estímulos auditivos alarmantes: Motores, bullicio, músicas estridentes, sirenas, timbres, alarmas, tráfico. Esto incide negativamente en nuestro estado emocional y en los procesos de regeneramiento neuronal (v. Neurogénesis) de nuestro Cerebro que necesita del silencio para llevarlos a cabo.

Dos horas al día de Silencio Absoluto pueden producir un crecimiento del número de células dentro del Hipocampo, la región de nuestro Cerebro que regula las Emociones, la Memoria y el Aprendizaje.

Sabemos que el Cerebro nunca descansa, incluso cuando estamos completamente quietos o dormidos. Nuestro maravilloso órgano sigue funcionando, pero de una manera diferente, desarrollando procesos que complementan los que él realiza cuando estamos despiertos y activos.

El silencio es para nuestro Cerebro una especie de “depurador” a través del cual evalúa la información y las experiencias a las que hemos estado expuestos a lo largo del día; luego organiza e integra la información relevante y desecha la que no es importante. Este proceso es completamente inconsciente, pero produce efectos conscientes. 

Estar en completo silencio es interpretado por nuestro Cerebro igual que el dormir o descansar. La ausencia absoluta de estímulos auditivos tiene casi el mismo efecto que el descanso.

El silencio nos ayuda a depurar las emociones y nos vuelve más inteligentes, creativos y seguros. 

Una investigación que se realizó en Estados Unidos, constató que las personas que viven cerca de los aeropuertos mantienen un elevado nivel de estrés, tienen una presión arterial más alta y presentan altos índices de cortisol, la hormona del estrés.

Por el contrario, las buenas noticias nos llegan de Italia. La Università di Pavia, corroboró que tan solo dos minutos de Silencio Absoluto son más enriquecedores que escuchar música relajante. Después de este breve momento de silencio, la presión sanguínea disminuye y nos sentimos más despiertos y tranquilos.

El silencio produce grandes beneficios tanto intelectuales como emocionales.

Lograr mantenernos en Silencio Absoluto por pequeños lapsos cada día, puede ser un factor determinante para mejorar nuestra salud emocional y nuestra calidad de vida.

Así que... a callarse un rato…

22/03/2017

Quality life and work requires something very rare in modern life: Quiet.


Recent studies are showing that taking time for silence restores the nervous system, helps sustain energy, and conditions our minds to be more adaptive and responsive to the complex environments in which so many of us now live, work, and lead. 

Quiet is associated with the development of new cells in the hippocampus, the key brain region associated with learning and memory.
However, cultivating silence is not just about getting respite from the distractions. Real sustained quiet, the kind that facilitates clear and creative thinking, tranquilizes inner chatter as well as outer.


This kind of silence is about resting the mental reflexes that habitually protect a reputation or promote a point of view. It is about taking a temporary break from one of life’s most basic responsibilities: Having to think of what to say.

Silence increases our chances of encountering new ideas and information. When we are constantly fixated on our daily agenda—what to say next, what to write next, what to tweet next—it is tough to make room for truly different perspectives or radically new ideas. It is hard to drop into deeper modes of listening and attention. In addition, it is in those deeper modes of attention that truly new ideas arise.

Here are four practical ideas to cultivate Silence:

1) Let us mark our meetings with five minutes of quiet time. Close the office door; retreat to a park bench; find another quiet hideaway. It is possible to hit reset by engaging in a silent practice of meditation or reflection.

2) Let us take a silent afternoon in nature. Immersion in nature can be the clearest option for improving creative thinking capacities.

3) Let us turn off our email for several hours or even a full day and try “fasting” from news and entertainment. While there may still be plenty of noise around—family, conversation, city sounds—we can enjoy real benefits by resting the parts of our mind associated with unending work obligations and tracking social media or current events.

4) Let us try a meditation retreat. Even a short retreat is arguably the most straightforward way to turn toward deeper listening and awaken intuition. 


The world is getting louder. Nevertheless, silence is still accessible: It just takes commitment and creativity to cultivate it.

A Itália é o país com população mais saudável do mundo!

A Itália foi eleita como o país que tem a população mais saudável do mundo, segundo índice de Saúde Global da Bloomberg, que avaliou o nível de saúde de 163 países.

De acordo com o estudo, uma criança nascida na Itália hoje tem uma expectativa de vida de aproximadamente 80 anos, enquanto que em países como Serra Leoa, é de cerca de 52 anos.

A pesquisa avaliou os países segundo variáveis como a expectativa de vida, as causas mais comuns de morte e os fatores que colocam a saúde da população em risco, que inclui a taxa de indivíduos com pressão alta, fumantes, desnutrição ou falta de acesso a água potável.

Os italianos contam com a dieta mediterrânea, considerada a mais saudável de todas. No “top 5” do ranking mundial, está a Itália na primeira posição, seguida da Islândia, Suíça, Cingapura e Austrália.

O estudo também conclui que nem sempre países desenvolvidos estão entre os mais saudáveis do mundo, como por exemplo, os Estados Unidos, que ocupam o 34º lugar, tendo em vista que 67,3% da população do país é obesa.
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