Un estudiante concentrado logra aprender y memorizar más fácilmente y más efectivamente
La concentración es nuestra capacidad de
utilizar todas nuestras facultades mentales (o físicas) hacia una tarea. Estar
concentrado significa ser capaz de escuchar, observar, registrar todo lo que
gira en torno a esa tarea. Si estamos concentrados logramos aprender y
memorizar más fácilmente y más efectivamente (memoria a largo plazo),
aumentando la confianza en nosotros mismos. Sin embargo, la concentración
oscila. La fatiga, un estado de ansiedad, un entorno no adecuado, una mala
alimentación (o hambre), son situaciones que no ayudan a una buena concentración.
Planificar objetivos
La planificación y la concentración van de la mano.
Lo mejor es planificar los objetivos en una agenda o calendario. De esta
manera, cada vez que nos ejercitamos o repasamos, habrá un objetivo más claro
para lograr. Importante ser realistas en cuanto a los objetivos, avanzando paso
a paso, por niveles.
Establecer el momento adecuado
La capacidad de concentración varía en cada uno
de nosotros y sigue sus propios ritmos. Lo primero que hay que hacer para
aumentar la concentración es entender cuál es el momento más idóneo del día
para que estudiar. Hacer sesiones cortas, de pocos minutos en el que se está
totalmente enfocado en lograr su objetivo, largas horas de ejercicio hacen
perder inevitablemente la concentración en algún momento.
Aumentar la capacidad de resistencia mental
También podemos aumentar la capacidad de
resistencia psíquica, es decir, la cantidad de tiempo en el que logramos estar concentrados.
Para mejorar los tiempos de concentración se puede hacer este simple ejercicio:
añadir unos pocos minutos cada día al estudio. Es un trabajo que requiere
perseverancia a largo plazo, pero es muy eficiente para aumentar las horas de
concentración.
No estudiar con hambre o sueño
Mejor comer (no demasiado, de lo contrario el
proceso digestivo dará sueño) para estar en forma en el momento de estudiar.
Importante tener un estilo de vida saludable: dormir lo suficiente; alimentarse
bien (no mucho); evitar tener hambre; evitar el cansancio.
Ir por etapas
Nuestro cerebro no puede centrarse en
demasiadas tareas a la vez. Él puede procesar sólo una información a la vez de
manera eficaz. Por lo tanto, para mejorar la concentración es mejor evitar
estudiar muchas cosas al mismo tiempo. Entre una tarea y otra, tomarse unos
minutos de descanso. Si utilizamos el tiempo necesario para cada tarea, el
cerebro estará más consciente de lo que hace y memorizará mejor.
Desarrollar interés en lo que se estudia
El interés es el gran motor de la
concentración. Es esencial encontrar interesante lo que se estudia para mantener
la motivación y la concentración. Desarrollar un proyecto de aprendizaje propio
y colocarlo en algún lugar donde se lo pueda visualizar constantemente para así
concientizarse del por qué estoy haciendo esta tarea. De esta manera, no se
perderá de vista el objetivo y el estudio será más agradable.
Relajarse
Relajarse y aprender a respirar correctamente.
Si se desea aumentar la concentración, es esencial respirar adecuadamente para
oxigenar el cerebro mientras se estudia.